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1 Reyes 17:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

17 Pero un día se enfermó el hijo de la mujer, y murió.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Tiempo después, el hijo de la mujer se enfermó. Cada día empeoraba y finalmente murió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Sucedió después que el hijo de la dueña de casa cayó enfermo; su enfermedad empeoró y exhaló el último suspiro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Después de estas cosas, aconteció que el hijo de la mujer dueña de casa cayó enfermo, y su enfermedad fue tan grave que no quedó aliento en él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Después de esto, acaeció que el hijo del ama de la casa cayó enfermo, y la enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento de vida.

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1 Reyes 17:17
16 Tagairtí Cros  

No importaba qué cantidad usara, siempre quedaba suficiente en los depósitos, tal como el Señor lo había prometido por medio de Elías.


―¡Varón de Dios! —lloró ella—, ¿qué me has hecho? ¿Has venido aquí a castigarme por mis pecados, y a matar a mi hijo?


Porque el alma de todo ser viviente y el hálito de toda la humanidad están en la mano de Dios.


Si Dios retirara su espíritu,


Pero si te apartas de ellos, se aterran; si les quitas el aliento, mueren y vuelven al polvo.


Pues ha desafiado al Señor del cielo al traer aquí estas copas robadas de su templo; y usted, sus esposas y concubinas, y sus nobles han estado bebiendo de ellas y al mismo tiempo elogiando a dioses de plata, oro, bronce, hierro, madera y piedra, dioses que ni ven ni oyen, ni tampoco entienden algo. ¡Pero no han elogiado al Dios que les da el aliento y tiene dominio sobre sus vidas!


Entonces llenaré las vidas de los habitantes de Jerusalén de espíritu de gracia y oración, y ellos pondrán su atención en mí, a quien traspasaron, y se lamentarán de su antiguo error como se llora la muerte de un primogénito, habrá luto como si se les hubiera muerto el hijo mayor.


Por eso Jesús les dijo claramente: ―Lázaro ha muerto,


Dichoso el que permanece firme durante la prueba, porque cuando la supera, recibe la corona de la vida que Dios ha prometido a los que lo aman.


Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, la fe sin acciones está muerta.


La fe de ustedes es como el oro que tiene que probarse por medio del fuego. Así también su fe, que vale mucho más que el oro, tiene que probarse por medio de los problemas y, si es aprobada, recibirá gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.


Queridos hermanos, no se sorprendan del fuego de la prueba por el que están pasando, como si fuera algo extraño.


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