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1 Crónicas 22:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

13 Porque si obedeces cuidadosamente las normas y reglamentos que él dio a Israel por medio de Moisés, vas a prosperar. ¡Sé enérgico y valiente, entusiasta y sin miedo!

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Biblia Reina Valera 1960

13 Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Pues tendrás éxito si obedeces cuidadosamente los decretos y las ordenanzas que el Señor le dio a Israel por medio de Moisés. ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Entonces prosperarás si cuidas de cumplir los preceptos y decretos que Yavé ha prescrito a Moisés para Israel. ¡Sé fuerte y ten buen ánimo! ¡No temas ni desmayes!

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Entonces serás prosperado, si cuidas de poner por obra los estatutos y decretos que YHVH mandó a Moisés para Israel. ¡Esfuérzate y sé valiente! ¡No temas ni desmayes!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Ciertamente prosperarás si cuidas de cumplir los preceptos y las normas que Yahveh ordenó a Moisés para Israel. ¡Sé fuerte y animoso! ¡No temas ni desmayes!

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1 Crónicas 22:13
25 Tagairtí Cros  

«Yo voy a donde cada hombre, que pisa la tierra, debe ir algún día. Confío en que serás un sucesor poderoso y digno.


Obedece las leyes de Dios y sigue todos sus caminos; guarda cada uno de los mandamientos escritos en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas.


Recuerda que el Señor te ha elegido para que le construyas un templo como su santuario. Así que ¡con todo ánimo ponte a trabajar!».


Sé enérgico y valiente y pon manos a la obra —añadió—. No te amedrentes por lo grande de la tarea, porque el Señor mi Dios está contigo, y no te abandonará, y él hará que cada detalle sea llevado a feliz término.


Y si él continúa obedeciendo mis mandamientos e instrucciones como hasta ahora, haré que su reino dure para siempre”.


Esto le permitió construir murallas alrededor de todas las ciudades de Judá.


A la mañana siguiente, bien de madrugada, salieron hacia el desierto de Terna. En el camino, Josafat se detuvo y dijo: «Pueblo de Judá y de Jerusalén, escuchen: ¡Crean en el Señor, el Dios de ustedes, y tendrán éxito! ¡Crean a sus profetas, y les irá bien!».


Mientras Zacarías vivía, Uzías siempre tuvo deseos de agradar a Dios. Zacarías era un hombre que tenía revelaciones especiales de Dios. Mientras el rey siguió los caminos de Dios, prosperó, porque Dios lo bendijo.


«Sean fuertes y valientes. No teman al rey de Asiria ni a la multitud de guerreros que está con él, porque con nosotros está quien es mucho mayor que él.


Son como árboles junto a las riberas de un río, que no dejan de dar delicioso fruto cada estación. Sus hojas nunca se marchitan y todo lo que hacen prospera.


Entonces no seré avergonzado, cuando compare mi vida con tus mandamientos.


Oh Dios, concede tu justicia al rey, y rectitud al hijo del rey.


¡Anímate, Zorobabel! ¡Anímate, jefe de los sacerdotes Josué, hijo de Josadac! ¡Anímense todos, y pónganse a trabajar para lograr un templo magnífico, porque yo estoy con todos ustedes apoyándolos! Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


El Señor Todopoderoso dice: «A ustedes que han escuchado los mensajes de los profetas, desde el momento en que se comenzaron a echar los cimientos del templo del Señor Todopoderoso, les digo: ¡Anímense y pónganse a trabajar!


―Juan —le respondió Jesús—, bautízame, porque nos conviene cumplir lo que Dios manda. Y Juan lo bautizó.


Dios lo quitó y puso en su lugar a David, hombre de quien Dios mismo dijo: “David, hijo de Isaí, es un hombre conforme a mi corazón y me obedecerá”.


Estén alertas; sean fieles al Señor. Pórtense con valor y sean fuertes.


Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas y así estarán obedeciendo la ley de Cristo.


Por último, recuerden que su fortaleza debe venir del gran poder del Señor.


Por eso, tú, Timoteo, hijo mío, aprópiate de la fuerza que Jesucristo da por su amor.


Ustedes hacen muy bien si de veras obedecen la ley más importante de la Escritura: «Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo».


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