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Sofonías 2:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 Pueblo de Judá, aunque sois gente rebelde, venid y presentaos ante Dios

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Biblia Reina Valera 1960

1 Congregaos y meditad, oh nación sin pudor,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Reúnanse, sí, júntense, nación desvergonzada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Júntense y amontónense, oh gente sin vergüenza,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Reuníos en asamblea, Oh nación no deseada!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 ¡Reuníos, congregaos, gente desvergonzada!,

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Sofonías 2:1
15 Tagairtí Cros  

De todas las ciudades de Judá llegó gente a Jerusalén para pedir la ayuda de Dios. Al ver a la multitud, Josafat se puso de pie, frente al patio nuevo que está en la entrada del Templo de Dios,


El primer día del mes de Etanim todo el pueblo se reunió en la plaza, frente a la Puerta de las Aguas. Allí estaban los hombres, las mujeres y todos los niños que podían entender. Entonces pidieron a Esdras, el escriba y sacerdote, que trajera el libro de la Ley, que Dios había dado a los israelitas por medio de Moisés. Así que Esdras fue, trajo el libro, y lo estuvo leyendo desde muy temprano hasta el mediodía. Todos los que estaban allí escucharon con mucha atención.


El día veinticuatro del mes de Etanim, los israelitas se reunieron y convocaron un día de ayuno. Para demostrar su arrepentimiento, se vistieron con ropas ásperas y se echaron tierra sobre la cabeza.


—Reúne a todos los judíos que se encuentren en Susa, y pídeles que ayunen por mí; que no coman ni beban durante tres días. También mis sirvientas y yo ayunaremos. Después me presentaré ante el rey aunque la ley no lo permita. ¡Y si tengo que morir, moriré!


Por eso no llegan las lluvias, ni caen aguaceros en la primavera. No tienes vergüenza; eres peor que una prostituta.


Han cometido los pecados más asquerosos, pero ya ni vergüenza les da, pues ni saben lo que es tener vergüenza. Por eso, voy a castigarlos y todos serán destruidos. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Reunid en el Templo a los israelitas y a sus jefes, ayunad y orad a Dios.


Son unos malvados que no se avergüenzan de nada; pero yo, que soy Justo, estoy en medio de ti, Jerusalén, y te trataré con justicia, dictando sentencia cada mañana al amanecer.


Como yo perdí la paciencia con esos pastores y ellos se cansaron de mí, en un mes despedí a tres.


Porque donde dos o tres se reúnan en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.


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