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Proverbios 3:5 - Biblia Lenguaje Básico

5 Pon toda tu confianza en Dios y no te fíes de tus conocimientos.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Confía en el Señor con todo el corazón, y no te fíes de tu propia sabiduría.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Confía en YHVH con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia inteligencia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Confía en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu entendimiento.

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Proverbios 3:5
24 Tagairtí Cros  

Así que ayunamos y oramos a Dios pidiéndole que nos cuidara; y él nos escuchó.


Cántico para las peregrinaciones. Los que confían en Dios son como el monte Sion, que nadie puede moverlo y permanece firme para siempre.


Tú debes confiar en Dios. Dedícate a hacer el bien, habita esta tierra y sé fiel a Dios.


Pon tu vida en sus manos, confía plenamente en él, y él actuará en tu favor;


Calla en presencia de Dios, y espera paciente a que actúe; no te sientas molesto por causa de los que prosperan ni por los que hacen planes malvados.


Dios es mi salvador; Dios es mi motivo de orgullo; él es quien me llena de fuerza. ¡Dios es mi refugio!


Confía siempre en Dios. Hoy te doy treinta sabios consejos; los he escrito pensando en ti.


No hagas de las riquezas tu única meta en la vida,


Quien confía en sí mismo es un necio, el sabio, en cambio, se salvará.


No te creas muy sabio; obedece a Dios y aléjate del mal;


Confío en ti, Dios mío, y ya no tengo miedo porque tú eres mi fuerza, mi salvación y mi alegría».


Dios mío, yo sé que nadie es dueño de su vida y su futuro.


Si alguien quiere sentirse orgulloso, que sea de conocerme a mí, de saber que yo soy un Dios fiel que actúo en la tierra con justicia y rectitud, cosas en las que me complazco. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Vivid siempre en armonía. Y no seáis orgullosos, sino tratad como iguales a la gente humilde. No os creáis más inteligentes que los demás.


Dios quiso que nosotros, los judíos, fuéramos los primeros en poner nuestra esperanza en Cristo, para que lo alabemos por su gran poder.


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