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Proverbios 3:33 - Biblia Lenguaje Básico

33 Dios bendice el hogar de los honrados pero maldice la casa del malvado.

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Biblia Reina Valera 1960

33 La maldición de Jehová está en la casa del impío, Pero bendecirá la morada de los justos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 El Señor maldice la casa del perverso, pero bendice el hogar de los justos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Yavé maldice la casa del malvado, bendice la morada de los justos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 La maldición de YHVH gravita sobre la casa del impío, Al paso que bendice la morada de los justos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Yahveh maldice la casa del malvado y bendice la morada de los rectos;

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Proverbios 3:33
20 Tagairtí Cros  

El Arca de Dios se quedó allí tres meses, y durante ese tiempo Dios bendijo a Obededón y a todos sus familiares.


—Los malvados son tan corruptos que nadie trabaja en sus viñedos; sus terrenos están malditos.


se convertiría en un incendio destructor que arrasaría mis cosechas.


Son como árboles plantados junto a los arroyos: llegado el momento, dan mucho fruto y no se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hacen les sale bien!


Los que Dios ha bendecido vivirán en la tierra prometida, pero los que él ha maldecido serán aniquilados.


Por eso ningún desastre vendrá sobre mi hogar.


Al honrado, Dios lo bendice; el malvado habla con violencia.


La familia del malvado se arruina; el hogar del bueno prosperará.


A la familia del honrado nunca le falta nada; las ganancias del malvado son poco seguras.


La persona de buena conducta observa la casa del malvado y ve cómo se precipita en la ruina.


Si no me obedecéis y aprendéis a honrarme, yo os maldeciré cambiando en maldición lo que tenía que ser bendición. En realidad, ya lo he hecho así porque no tenéis en cuenta mis advertencias. Además, os quitaré el poder y os echaré a la cara el estiércol de los animales que me ofrecéis en sacrificio. Y también vosotros seréis barridos junto con ese estiércol. Esto es lo que os digo yo, que soy el Dios todopoderoso.


Pero caerá sobre vosotros la maldición, si no cumplís esos mandamientos que os da vuestro Dios, y os apartáis del camino que Dios os señala y adoráis a dioses extranjeros desconocidos para vosotros.


No llevéis, por tanto, a vuestras casas nada de todo eso que Dios detesta, no sea que también vosotros seáis aniquilados. Aborreced todos esos objetos y consideradlos despreciables porque están destinados a ser destruidos.


No toquéis nada de lo que hay que destruir. Si lo hacéis, causaréis una terrible destrucción en nuestro campamento.


¡Vamos! Ordena al pueblo que se purifique y se prepare para mañana; y dile lo siguiente de parte del Dios de Israel: «Yo os ordené destruir todo lo que había en la ciudad de Jericó, pero vosotros os quedasteis con algunas cosas que debíais haber destruido.


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