Proverbios 17:6 - Biblia Lenguaje Básico

⁶ El orgullo de los hijos, son sus padres; la gloria de los ancianos, son sus nietos.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

⁶ Corona de los viejos son los nietos, Y la honra de los hijos, sus padres.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁶ Los nietos son la corona de gloria de los ancianos; los padres son el orgullo de sus hijos.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁶ Los nietos son la corona de los ancianos, así como los padres son el orgullo de sus hijos.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁶ Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, Honra de los hijos son los padres.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁶ Corona de los ancianos son sus nietos; honor de los hijos, sus padres.

Proverbios 17:6 Tagairtí Cros

Génesis 48:11

Entonces dijo a José: —Yo había perdido las esperanzas de volver a verte; sin embargo, Dios me ha permitido ver también a tus hijos.

Génesis 50:23

y llegó a conocer a los bisnietos de Efraín. También meció en sus rodillas a los hijos de Maquir, que eran sus nietos por parte de Manasés.

1 Reyes 11:12

Sin embargo, no lo haré mientras tú vivas, sino cuando tu hijo te suceda como rey; y tampoco le quitaré todo el reino, sino que por amor a tu padre David y a la ciudad de Jerusalén que yo he elegido, lo dejaré reinar sobre una tribu.

1 Reyes 15:4

Sin embargo, por amor a David, Dios permitió que un hijo de Abías reinara en Jerusalén después de él, y además protegió la ciudad de Jerusalén.

Éxodo 20:12

Trata con respeto y honor a tu padre y a tu madre. Así podrás vivir muchos años en el país que yo, tu Dios, te voy a dar.

Proverbios 13:22

Las riquezas de la gente honrada llegarán hasta sus nietos; las de los pecadores acabarán siendo heredadas por los buenos.

Proverbios 16:31

Llegar a viejo es una honra; las canas son la corona que se gana por ser honrado.

Malaquías 1:6

Esto es, sacerdotes, lo que os dice el Dios todopoderoso: Los hijos respetan a sus padres, y los esclavos respetan a sus amos. ¡Pues yo soy vuestro Padre y vuestro Amo y, sin embargo, vosotros, sacerdotes, no me respetáis! ¡Me tratáis como si no valiera nada! Es más, despreciáis mi nombre y os atrevéis a preguntarme: ¿En qué te hemos ofendido o faltado al respeto? Y yo, el Dios todopoderoso, os respondo: Me ofendéis cuando despreciáis mi altar, cuando me presentáis como ofrenda animales impuros, que no valen nada porque están ciegos, cojos y enfermos. ¿No creéis que eso está mal? Si esos mismos animales se los ofrecierais a vuestro gobernador, se ofendería y no los aceptaría.