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Oseas 6:9 - Biblia Lenguaje Básico

9 En el camino que lleva al santuario de Siquén, los sacerdotes actúan como ladrones: se esconden para asaltar y matar a todos los que pasan por allí.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y como ladrones que esperan a algún hombre, así una compañía de sacerdotes mata en el camino hacia Siquem; así cometieron abominación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Los sacerdotes forman bandas de asaltantes que esperan para emboscar a sus víctimas. Asesinan a los viajeros en el camino a Siquem y cometen toda clase de pecados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Como una banda de salteadores, los sacerdotes se juntan para asaltar a los que pasan por el camino de Siquem: lo que hacen es una vergüenza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Como salteadores al acecho de un hombre, Así bandas de sacerdotes asesinan por el camino a Siquem, Cometiendo execrable maldad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Como una emboscada de bandidos, así es la horda de los sacerdotes: asesinan en el camino de Siquén realmente es infame su conducta.

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Oseas 6:9
23 Tagairtí Cros  

En aquel tiempo, los cananeos ocupaban la región de Canaán. Abrán recorrió toda esa región y llegó a Siquén, donde está el encinar de Moré.


Jeroboán reconstruyó la ciudad de Siquén, que está en las montañas de Efraín, y vivió en ella. Después se fue de allí y reconstruyó Penuel.


El día doce del mes de Abib dejamos el río Ahavá y nos pusimos en camino hacia Jerusalén. Nuestro Dios nos protegió en el camino, pues nos libró de enemigos y de bandidos.


Los habitantes de Judá y de Jerusalén se han rebelado contra mí.


Tus dirigentes se ponen de acuerdo para quitar a la gente sus objetos de valor y para dejar viudas a muchas mujeres. ¡Devoran a la gente como leones feroces que despedazan a su presa!


Tus gobernantes siempre están dispuestos a matar y eliminar gente con tal de hacerse ricos. ¡Parecen lobos que despedazan a su presa!


Hay quienes son culpables de la muerte de otros por haberlos acusado falsamente. Hay también quienes hacen fiestas en honor de los ídolos y cometen las peores maldades.


Ella no quiere reconocer que soy yo quien la alimenta y le da todo lo que necesita; ¡hasta oro y plata le he dado y con ellos se hizo ídolos!


¡Escuchadme, sacerdotes! ¡Atiéndeme, pueblo de Israel! ¡Presta atención, casa del rey! Yo os voy a juzgar y a castigar porque habéis engañado a mi pueblo. Habéis hecho a Israel aún más rebelde y le habéis obligado a adorar a otros dioses en los santuarios de Mispá y del Tabor.


Dios continuó diciendo: Yo quiero salvar a mi pueblo, pero, cada vez que lo intento, solo descubro pecados en Israel y crímenes en Samaría, su capital. Todos son mentirosos y ladrones; entran a robar en las casas y en plena calle cometen asaltos.


¡Escuchadme, jefes y gobernantes de Israel! Vosotros rechazáis la justicia, y no respetáis ninguna ley.


Ya no hay en este mundo gente buena y que ame a Dios; unos a otros se hacen daño. Solo esperan el momento de matarse unos a otros.


Tus jefes más importantes parecen leones feroces; tus gobernantes parecen lobos, que atacan por la noche y no dejan nada para la mañana.


Faltaban dos días para que se celebrara la fiesta de la Pascua que coincidía con la fiesta de los Panes sin levadura. En aquellos días, los sacerdotes principales y los maestros de la Ley buscaban la manera de hacer caer en una trampa a Jesús, para poder arrestarlo y matarlo.


Los jefes de los sacerdotes y los fariseos reunieron a la Junta Suprema, y dijeron: —¿Qué vamos a hacer con este hombre que hace tantos milagros?


Después de escucharlos, todos juntos oraron: —Señor, tú hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos.


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