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Oseas 6:3 - Biblia Lenguaje Básico

3 Tratemos de conocer a Dios; él vendrá a buscarnos lo mismo que amanece cada día. Vendrá a nosotros como lluvia, como la lluvia que cae en primavera y empapa la tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 ¡Oh, si conociéramos al Señor! Esforcémonos por conocerlo. Él nos responderá, tan cierto como viene el amanecer o llegan las lluvias a comienzos de la primavera».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Empeñémonos en conocer a Yavé. Su venida es tan cierta como la de la aurora, y su intervención, tan repentina como la llegada del día. Llegará como la lluvia, como el aguacero que riega la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 ¡Conozcámoslo pues! ¡Sigamos adelante para conocer° a YHVH! Su salida es tan cierta como la aurora, Y Él vendrá a nosotros como la lluvia, Como la lluvia tardía° que riega la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Conozcamos, tratemos de conocer a Yahveh: su venida es cierta como la aurora; vendrá a nosotros como lluvia de otoño, como lluvia de primavera que riega la tierra.

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Oseas 6:3
36 Tagairtí Cros  

es como la luz cuando amanece, como sol radiante en mañana sin nubes que hace crecer la hierba después de la lluvia».


Mis discursos eran esperados como se espera la lluvia, tanto la temprana como la tardía.


Aunque no se escuchan palabras ni se oye un solo sonido,


Feliz como un novio que sale de su cuarto el sol se dispone alegre como atleta a recorrer su camino.


¡Tú eres quien me ayuda! ¡Soy feliz bajo tu protección!


Los que viven en países lejanos te tienen gran respeto al ver tus grandes maravillas; del oriente al occidente todos saltan de alegría.


Que sea como las lluvias, que empapan la tierra y riegan las praderas.


La vida de las personas buenas es como la luz del amanecer que va siendo cada vez más brillante.


y gente de muchas naciones; entonces unos a otros se dirán: "Subamos al monte de Sion, al Templo del Dios de Israel, para que él mismo nos enseñe y obedezcamos sus mandamientos". Dios mismo nos enseñará su ley desde el monte de Sion, desde la ciudad de Jerusalén.


Pero Dios vendrá a visitarnos, y con la fuerza de su espíritu convertirá el desierto en oasis, y el oasis será como un bosque.


Yo haré que corra agua en el desierto y que broten arroyos en tierras secas. A tus descendientes les daré mi espíritu y derramaré sobre ellos mi bendición.


se llenará de cardos y malas hierbas y haré que no llueva ni una gota sobre ella.


Yo instruiré a tus habitantes, y todos vivirán en paz.


Cambiaré su manera de ser y de pensar, para que me reconozca como su Dios y me obedezca en todo. Judá será mi pueblo y yo seré su Dios.


Habéis rendido culto a los ídolos, pero yo me olvidaré de vuestras maldades; las limpiaré con agua pura.


Preparaos para buscar a Dios. Preparad de nuevo el campo para sembrar una semilla de justicia y así obtendréis una cosecha de amor. Entonces Dios vendrá y os salvará.


Ya mi enfado se ha calmado. Haré que no vuelvan a ser rebeldes mostrándoles todo mi amor sin pedirles nada.


Seré para vosotros, Israel, como el rocío que hace florecer los lirios. Os haré crecer como un árbol, echaréis profundas raíces y extenderéis vuestras frondosas ramas; tendréis la belleza de los olivos y el agradable aroma de los cedros.


Aquel día, en favor de mi pueblo, haré un pacto con las fieras del campo, con los pájaros del cielo y con los reptiles que se arrastran por la tierra. Ningún animal les hará daño. Destruiré también todas las armas de guerra para que puedan vivir tranquilos.


y gente de muchas naciones, y unos a otros se dirán: «Subamos al monte de Sion, al Templo del Dios de Israel; Dios mismo nos enseñará a obedecer sus mandamientos. Porque él será nuestro maestro desde el monte de Sion, desde la ciudad de Jerusalén.


Dios nos va a abandonar, pero cuando nazca ese rey, los que hayan quedado con vida se reunirán con los demás israelitas.


Yo soy vuestro Dios. Pedidme lluvia en primavera y yo haré que llueva en abundancia. Yo soy quien forma las tormentas y quien hace que den fruto los campos.


Jesús les dijo: —A vosotros os he explicado los secretos del reino de Dios, pero no a los demás.


Dios nos ama tanto, que desde el cielo nos envía un Salvador, como si fuera el sol de un nuevo día.


Y esta vida eterna consiste en que te conozcan a ti que eres el único Dios verdadero, y a mí, que soy el Mesías que tú enviaste al mundo.


Si alguien quiere obedecer a Dios, podrá comprobar si lo que yo enseño es cosa de Dios o si hablo por mi propia cuenta.


Los judíos que vivían en esa ciudad eran más acogedores que los judíos de Tesalónica. Escucharon muy contentos la buena noticia acerca de Jesús, y todos los días leían las Escrituras para ver si lo que les enseñaban era cierto.


¡Oíd lo que tengo que decir! Mi enseñanza es como la lluvia, como el rocío de la mañana, como el agua que cae sobre el campo y hace que crezca la hierba.


Al principio, cuando confiamos en Cristo nos hicimos amigos suyos; y si no dejamos de confiar en él, seguiremos siéndolo siempre.


Estamos también completamente seguros de que el mensaje de Dios que anunciaron los profetas es la verdad. Prestad atención a ese mensaje, pues es como una luz que alumbra en la oscuridad mientras esperamos que amanezca el día en que Cristo brille como un estrella en nuestras vidas.


Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para que diga a las iglesias todas estas cosas. Yo soy el descendiente del rey David; yo soy la estrella que brilla al amanecer.


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