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Oseas 11:10 - Biblia Lenguaje Básico

10-11 Yo rugiré como un león y vosotros regresaréis desde Egipto y desde Asiria; vendréis a mí temblando de miedo, como las aves que vienen del oeste, y yo os llevaré a vuestras casas para que volváis a habitarlas. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

10 En pos de Jehová caminarán; él rugirá como león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Pues algún día la gente me seguirá. Yo, el Señor, rugiré como un león. Y cuando ruja, mi pueblo regresará temblando del occidente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Ustedes seguirán a Yavé, que rugirá como león. Sí, rugirá y sus hijos vendrán temblorosos desde el occidente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Irán en pos de YHVH, quien rugirá como león, Sí, Él rugirá, y sus hijos vendrán temblando desde occidente,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 En pos de Yahveh marcharán; él rugirá como un león; a su rugido, acudirán temerosos los hijos desde el occidente.

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Oseas 11:10
36 Tagairtí Cros  

Tiemblo ante la tormenta, y siento que el corazón se me sale del pecho.


Tiemblo de miedo en tu presencia; tus decisiones me infunden respeto.


Rendid culto a Dios con reverencia, inclinaos ante él con respeto;


Entonces, Dios mostrará de nuevo su poder y hará que regrese su pueblo dispersado, los que aún queden en Asiria y en Egipto, en Patros, Etiopía y Elam, en Sinar, Jamat y las islas del mar.


¡Vamos, pueblo de Israel, deja que Dios sea tu guía!


Yo defenderé a mi pueblo que habita en Jerusalén, sobre el monte de Sion, como el león o el cachorro de león defiende a la presa que ha matado sin dejarse asustar por los pastores aunque estos sean muchos y traten de asustarlo con sus gritos.


Dios va a ponerse en marcha con toda la furia de un guerrero: ¡lanzará un grito de guerra y derrotará a sus enemigos!


No pasaréis hambre ni sed, ni os molestará el sol ni el calor, porque yo os amo y os guío, y os llevaré a fuentes de agua.


Yo hice todo lo que existe, y todo me pertenece. Así os lo aseguro yo, que soy Dios. Yo miro con bondad a los pobres y afligidos que respetan mi palabra.


Escuchad la palabra de Dios, vosotros que tenéis por ella un gran respeto: Algunos de vuestros compatriotas, que os aborrecen y rechazan porque sois mis servidores, dicen: "Que Dios muestre su poder, a ver si os ponéis contentos". Pues bien, ellos quedarán avergonzados».


—Jeremías, ve y diles de mi parte a todos los habitantes de Jerusalén: Yo recuerdo, pueblo de Israel, que en tus primeros años me amabas solo a mí. Parecías una novia enamorada y me seguiste por el desierto, por tierras donde nada crece. Tú eras solo mío; ¡fuiste mi primer amor! Si alguien te hacía algún daño, sufría las consecuencias. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Anuncia este mensaje contra esas naciones: Dios lanza un grito de guerra desde el cielo, donde él tiene su trono. Es tanta su ira contra su pueblo y contra los habitantes de la tierra, que su voz retumba a lo lejos y resuena como los gritos de los que pisan uvas en el lagar. Dios tiene un pleito contra todas las naciones y contra todos los habitantes del mundo. ¡Él hará que perezcan los malvados!


Vendrán arrepentidos, con lágrimas en los ojos, y yo los llevaré por un camino seguro. Israel, yo soy tu padre, y tú eres mi hijo mayor.


La ciudad de Jerusalén será para mí motivo de alegría, de honor y de gloria ante todas las naciones de la tierra. Porque cuando vean todos los beneficios y toda la prosperidad que voy a concederle, quedarán asombradas y conmovidas.


Yo, que soy vuestro Dios, os pregunto: ¿Ya no me queréis obedecer? ¿Ya no me tenéis respeto? Fui yo quien le puso límite al mar y aunque sus olas se encrespen y hagan mucho ruido, no van más allá de la playa.


Cuando todo esto suceda, la gente de Israel y de Judá vendrá llorando a buscarme, a mí que soy su Dios, el Dios de Israel.


Robáis, matáis, cometéis adulterio, no cumplís lo que prometéis, rendís culto a Baal y adoráis a dioses extraños que no conocíais.


Todos sus reyes bajarán de sus tronos, se quitarán sus ropas reales y llenos de miedo se sentarán temblando en el suelo. Cuando vean lo que va a pasar contigo, quedarán asustados.


Después de esto, se arrepentirán y volverán a obedecer a Dios, pedirán sus bendiciones y seguirán el ejemplo del rey David.


Estos fueron los mensajes de Amós: Cuando Dios deja oír su poderosa voz en el monte Sion, se marchitan los pastos de la pradera y se reseca el monte Carmelo.


Si el león ruge en la selva, es porque ha encontrado una presa; si el leoncillo gruñe en su cueva, es porque atrapó un animal.


Si el león ruge, todo el mundo tiembla de miedo; si nuestro Dios lo ordena, el profeta tiene que hablar.


¡Qué importa que otras naciones adoren a sus propios dioses! ¡Nosotros obedeceremos siempre a nuestro Dios!».


Cuando escucho todo esto, me tiemblan los labios y se estremece mi cuerpo; siento que mis huesos se desmoronan y que el suelo se hunde bajo mis pies. Pero yo espero con paciencia el día en que castigarás a los que ahora nos atacan.


Los haré volver de Egipto y Asiria, y los haré vivir en Galaad y en la región del monte Líbano; pero serán tantos los que vuelvan que no habrá lugar para todos.


Yo fortaleceré a mi pueblo y en mi nombre avanzarán sin miedo. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


Yo rescataré a mi pueblo de los países del este y del oeste,


Jesús volvió a hablar a la gente diciendo: —Yo soy la luz que alumbra a todos los que viven en este mundo. Seguidme y no caminaréis en la oscuridad, pues tendréis la luz que os da vida.


Pero cuando Pablo le habló de que tenía que ser justo, que tenía que dominar sus pasiones, y que un día Dios juzgaría a todos, Félix se asustó mucho y le dijo: —Vete ya; cuando tenga tiempo volveré a llamarte.


Por lo tanto, los que vivimos unidos a Jesucristo no seremos castigados.


El castigo llegará sobre todo a los que desprecian la autoridad de Dios y viven haciendo todo lo malo que se les antoja. Esos falsos maestros son atrevidos y orgullosos y no les importa insultar a unos seres que son muy poderosos.


y gritó con fuerte voz, como si fuera un león que ruge; y cuando gritó, se oyeron siete voces fuertes como truenos.


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