Mateo 9:24 - Biblia Lenguaje Básico

²⁴ Jesús les dijo: —Salid de aquí. La niña no está muerta, sino dormida. La gente se reía de Jesús.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

²⁴ les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁴ «¡Salgan de aquí! —les dijo—. La niña no está muerta; solo duerme»; pero la gente se rio de él.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁴ Entonces les dijo: 'Váyanse, la niña no ha muerto sino que está dormida. Ellos se burlaban de él.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁴ Jesús les dijo: Retiraos, porque la muchacha no ha muerto, sino que duerme. Pero se burlaban de Él.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁴ dijo: 'Retiraos; que la niña no ha muerto, sino que está durmiendo'. Y se burlaban de él.

Mateo 9:24 Tagairtí Cros

Job 12:4

Antes, cuando yo llamaba a Dios, él siempre me respondía; en cambio, ahora, aun siendo inocente, hasta mis amigos se burlan de mí.

Isaías 49:7

Así dice Dios, el libertador, el Santo de Israel: «Has sido despreciado Israel; has sido odiado por otros pueblos y ahora eres esclavo de esos tiranos. Pues yo haré que reyes y príncipes se inclinen y se humillen ante ti cuando te vean, porque yo, el Santo de Israel, te he elegido y cumpliré mi promesa».

Isaías 53:3

Todos lo despreciaban y rechazaban. Fue un hombre que sufrió el dolor y experimentó mucho sufrimiento. Todos evitábamos mirarlo; lo despreciamos y no hicimos caso de él.

Marcos 5:40

La gente se burló de Jesús. Entonces él hizo que todos salieran de allí. Luego, junto con los padres de la niña y los tres discípulos que lo acompañaban, entró al cuarto donde ella estaba.

Juan 11:4

Cuando Jesús recibió el mensaje, dijo: —Esta enfermedad no terminará en muerte. Servirá para mostrar el poder de Dios y el poder que tengo yo, el Hijo de Dios.

Hechos 20:10

Pero Pablo bajó, se inclinó sobre él, y tomándolo en sus brazos dijo: —¡No os preocupéis! Está vivo.

Hechos 9:40

Pedro mandó que toda la gente saliera del lugar. Luego se arrodilló y oró al Señor. Después de eso, se volvió hacia donde estaba el cuerpo de Tabita y le ordenó: —¡Tabita, levántate! Ella abrió los ojos, vio a Pedro y se incorporó.