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Mateo 27:60 - Biblia Lenguaje Básico

60 y lo puso en una tumba. Era una tumba nueva, que hacía poco tiempo él había mandado excavar en una gran roca. José tapó la entrada de la tumba con una piedra muy grande y se fue.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

60 y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

60 Lo colocó en una tumba nueva, su propia tumba que había sido tallada en la roca. Luego hizo rodar una gran piedra para tapar la entrada y se fue.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

60 y lo colocó en el sepulcro nuevo que se había hecho excavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra sobre la entrada del sepulcro y se fue.

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La Biblia Textual 3a Edicion

60 y lo puso en su sepulcro nuevo que había excavado en la roca; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se retiró.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

60 y lo puso en un sepulcro nuevo, de su propiedad, que había excavado en la roca. Hizo rodar después una gran piedra hasta la puerta del sepulcro y se fue.

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Mateo 27:60
12 Tagairtí Cros  

que cuando mi padre estaba a punto de morir, me hizo jurarle que yo lo enterraría en su propia tumba, que está en Canaán. Pedidle que me deje ir a enterrar a mi padre; luego volveré.


«Y tú, ¿quién te crees? ¿Quién te ha dado permiso para construirte una tumba en el cementerio de los reyes?


Fue sepultado entre criminales y enterrado con los malvados, aunque nunca cometió ningún crimen ni jamás engañó a nadie.


José tomó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia


Entonces ellos fueron y aseguraron la piedra que tapaba la entrada de la tumba de manera que fuera imposible moverla. También dejaron allí a un grupo de soldados para que vigilaran.


De pronto, hubo un gran terremoto; un ángel de Dios bajó del cielo, movió la piedra que cerraba la tumba y se sentó sobre ella.


Cuando llegaron, vieron que la piedra que tapaba la entrada de la tumba ya no estaba en su lugar.


Todavía con lágrimas en los ojos, Jesús se acercó a la cueva donde habían puesto el cuerpo de Lázaro, y ordenó que quitaran la piedra que tapaba la entrada. Pero Marta le dijo: —Señor, ya hace cuatro días que Lázaro ha muerto. Seguramente ya huele mal.


La gente quitó la piedra que tapaba la entrada de la tumba. Luego, Jesús miró al cielo y exclamó: —Padre, te doy gracias porque me has escuchado.


En el lugar donde Jesús murió había un huerto con una tumba nueva en la que no había sido enterrado nadie todavía.


El primer día de la semana muy temprano, cuando todavía era de noche, María Magdalena fue a la tumba donde habían puesto a Jesús. Al acercarse, se dio cuenta de que habían movido la piedra que tapaba la entrada de la tumba.


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