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Mateo 26:55 - Biblia Lenguaje Básico

55 Luego Jesús se dirigió a la gente y preguntó: —¿Por qué habéis venido con espadas y palos, como si yo fuera un criminal? Estuve enseñando en el Templo todos los días, y allí nunca me apresasteis.

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Biblia Reina Valera 1960

55 En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

55 Luego Jesús le dijo a la multitud: «¿Acaso soy un peligroso revolucionario, para que vengan con espadas y palos para arrestarme? ¿Por qué no me arrestaron en el templo? Estuve enseñando allí todos los días.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

55 En ese momento, Jesús dijo a la gente: 'A lo mejor buscan un ladrón y por eso salieron a detenerme con espadas y palos. Yo sin embargo me sentaba diariamente entre ustedes en el Templo para enseñar, y no me detuvieron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

55 En aquella hora Jesús dijo a las turbas: ¿Como contra un bandido salisteis a prenderme con espadas y garrotes? Cada día° me sentaba para enseñar en el templo,° y no me prendisteis.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

55 Entonces dijo Jesús a la gente: '¿Como a un ladrón habéis salido con espadas y palos a prenderme? Día tras día estaba yo sentado en el templo enseñando, y no me arrestasteis.

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Mateo 26:55
15 Tagairtí Cros  

Jesús entró en el Templo y comenzó a enseñar a la gente. Los sacerdotes principales y los líderes del país se acercaron a Jesús y le preguntaron: —¿Quién te dio autoridad para hacer todo esto?


Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce discípulos. Con él venían muchos hombres armados con espadas y palos, pues los habían enviado los sacerdotes principales y los líderes del país.


Jesús salió de aquel lugar, y se fue a la región de Judea, a la otra orilla del río Jordán. Mucha gente se reunió otra vez a su alrededor y, como siempre, Jesús empezó a enseñar.


Mientras enseñaba en el Templo, Jesús preguntó: —¿Cómo pueden decir los maestros de la Ley que el Mesías es hijo del rey David?


Jesús iba al Templo todos los días para enseñar. Mientras tanto, los sacerdotes principales, los maestros de la Ley y los líderes del pueblo planeaban cómo matarlo.


Jesús estaba un día en el Templo enseñando a la gente y anunciando la buena noticia. Los sacerdotes principales, los maestros de la Ley y los líderes del país se acercaron


Jesús cerró el libro, lo devolvió al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga se quedaron mirándolo.


Hacia la mitad de la fiesta, Jesús entró en el Templo y empezó a enseñar.


Al oír esto, Jesús que estaba enseñando en el Templo, dijo con voz potente: —En realidad, no sabéis quién soy yo, ni de dónde vengo. Yo no he venido por mi propia cuenta. He sido enviado por alguien en quien se puede confiar, y a quien vosotros no conocéis.


Al día siguiente, al amanecer, Jesús regresó al Templo. La gente se acercó, y él se sentó para enseñarles.


Jesús dijo todo esto mientras enseñaba en el Templo, en el lugar donde están los cofres para poner las ofrendas. Pero nadie se lo llevó preso, porque aún no había llegado su hora.


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