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Mateo 23:24 - Biblia Lenguaje Básico

24 Sois unos líderes incapaces de guiar a los demás, pues cumplís los detalles más insignificantes de la ley, pero no cumplís lo más importante de ella. Sois como los que, al beber vino, sacan el mosquito pero se tragan el camello que hay dentro.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 ¡Guías ciegos! ¡Cuelan el agua para no tragarse por accidente un mosquito, pero se tragan un camello!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 ¡Guías ciegos! Ustedes cuelan un mosquito, pero se tragan un camello.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 ¡Guías ciegos, que coláis° el mosquito, y tragáis un camello!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!

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Mateo 23:24
11 Tagairtí Cros  

Por eso Dios no perdonó a sus jóvenes, ni se compadeció de sus huérfanos y viudas. Todo el pueblo se ha portado mal y solo dice tonterías. Por ello, la ira de Dios no se ha calmado; nos sigue amenazando todavía.


No hagáis caso de los fariseos: son como el ciego que guía a otro ciego, y si un ciego guía a otro, los dos terminan cayendo en un hoyo.


En realidad, es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para una persona rica entrar en el reino de Dios.


¡Qué mal vais a acabar! Se supone que deberíais enseñar a los que no conocen a Dios, cómo encontrarlo, pero no lo hacéis. Enseñáis que si una persona jura por el Templo que cumplirá una promesa, la puede romper. Pero si jura por el oro del Templo, entonces sí está obligada a cumplirla.


¿Cómo te atreves a decirle a otro: «Déjame sacarte la pequeña astilla que tienes en el ojo», si tú tienes un tronco en el tuyo?


Muy de mañana, llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano. Los jefes de los judíos no entraron en el palacio porque la ley no les permitía entrar en la casa de alguien que no fuera judío, antes de la cena de la Pascua.


Ellos entonces se pusieron de nuevo a gritar: —No dejes libre a ese, sino a Barrabás. (El tal Barrabás era un bandido).


Pero la tierra vino en su ayuda: abrió un agujero y, como si fuera una gran boca, se tragó el río que había salido de la boca del dragón.


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