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Mateo 15:27 - Biblia Lenguaje Básico

27 La mujer respondió: —¡Señor, eso es cierto! Pero también los perros comen de las sobras que caen de la mesa de sus dueños.

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Biblia Reina Valera 1960

27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 —Es verdad, Señor —respondió la mujer—, pero hasta a los perros se les permite comer las sobras que caen bajo la mesa de sus amos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 La mujer contestó: 'Es verdad, Señor, pero también los perritos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Pero ella dijo: Sí, Señor, pero aun los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Ella replicó: 'Es verdad, Señor; pero también los perrillos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos'.

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Mateo 15:27
24 Tagairtí Cros  

Siempre me tratas con mucha bondad, aunque no lo merezco, pues no soy más que un siervo tuyo. Cuando crucé el río Jordán, solo tenía un palo para defenderme, pero ahora tengo gente y ganado para formar dos grupos.


¡Escúchame, Dios mío! ¡Mira cómo ha quedado destruida la ciudad donde te adoramos! Si te pedimos esto, no es porque creamos que somos buenos, ni porque merezcamos recibir lo que te pedimos. Lo hacemos porque creemos que tú eres muy compasivo y bondadoso.


Jesús le dijo: —No está bien quitarle la comida a los hijos para echársela a los perros.


Entonces Jesús le dijo: —¡Mujer, tu fe es verdaderamente grande! Que se cumpla lo que has pedido. Y en ese mismo instante su hija quedó curada.


Así demostraréis que actuáis como vuestro Padre Dios que está en el cielo; él hace que salga el sol sobre los buenos y sobre los malos, él envía la lluvia tanto para los que son justos como para los que no los son.


Pero el oficial respondió: —Señor, no merezco que entres en mi casa. Solo ordena desde aquí que mi siervo se cure y se curará.


Y ella le contestó: —¡Es cierto, Señor! Pero hasta los perros comen las sobras que se les caen a los hijos debajo de la mesa.


Los perros venían a lamerle las llagas, y tenía tanta hambre que deseaba comer aunque solo fueran las sobras que caían de la mesa del hombre rico.


El cobrador de impuestos, en cambio, se quedó un poco más atrás. Ni siquiera se atrevía a levantar la mirada hacia el cielo, sino que se daba golpes en el pecho y decía: «¡Oh Dios! Ten compasión de mí, y perdóname por todo lo malo que he hecho!».


No importa si son judíos o no lo son, porque todos tienen el mismo Dios, y él es bueno con todos los que le piden ayuda.


Sabemos que la ley de Moisés tiene valor para los que se someten a ella. Y lo que la ley dice, es para que nadie pueda declararse inocente; es para que todo el mundo se reconozca culpable ante Dios.


Dios no es solamente Dios de los judíos; en realidad, él es Dios de todos, sean o no judíos.


¡De ninguna manera! Aunque todo el mundo miente, Dios siempre dice la verdad. Así lo dicen las Escrituras: Todos reconocerán que siempre dices la verdad. Por eso saldrás vencedor cuando te acusen ante los jueces.


es el amor de Cristo, un amor que supera todo lo que podemos entender y que os llena plenamente de Dios.


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