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Marcos 2:8 - Biblia Lenguaje Básico

8 Pero Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les dijo: —¿Por qué pensáis así?

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Biblia Reina Valera 1960

8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 En ese mismo instante, Jesús supo lo que pensaban, así que les preguntó: «¿Por qué cuestionan eso en su corazón?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Pero Jesús supo en su espíritu lo que ellos estaban pensando, y les dijo: '¿Por qué piensan así?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Al instante, percibiendo Jesús en su espíritu que cavilaban de este modo, les dice: ¿Por qué caviláis estas cosas en vuestros corazones?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero, conociendo al momento Jesús en su espíritu que pensaban así en su interior les dice: '¿Por qué pensáis tales cosas en vuestro corazón?

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Marcos 2:8
23 Tagairtí Cros  

Yo sé, Dios mío, que tú te das cuenta de nuestras intenciones y que te gusta que seamos sinceros. Por eso siento una gran alegría al comprobar que tanto yo como el pueblo hemos presentado nuestras ofrendas, de buena voluntad y con toda sinceridad.


Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; ¡aunque esté lejos de ti, me lees los pensamientos!


Dios no soporta los planes malvados, pero le agradan las palabras sinceras.


El que solo piensa en pecar se gana el título de necio y es odioso para todos.


Arrepentíos, pues, y convertíos a Dios que es compasivo y está siempre dispuesto a perdonar. «Que abandonen los malvados sus proyectos y los criminales su mala conducta.


Aquel día harás toda clase de planes malvados.


Al enterarse Jesús de lo que planeaban los fariseos, se fue de allí, y mucha gente lo siguió. Jesús curó a todos los que estaban enfermos


Los discípulos comenzaron a hablar entre ellos, y decían: «Seguramente dice eso porque no hemos traído pan».


Pero como Jesús se dio cuenta de lo que pensaban, les preguntó: —¿Por qué tenéis pensamientos tan malos?


«¿Cómo se atreve este a hablar así? ¡Lo que dice es una ofensa contra Dios! Solo Dios puede perdonar pecados».


Decidme, ¿qué es más fácil: perdonar a este enfermo o curarlo?


Porque es del interior de las personas de donde proceden los deseos de hacer el mal o practicar cosas indecentes, y también de robar, matar a otros, ser infiel en el matrimonio, vivir solo pensando en cómo hacerse rico, hacer maldades, engañar, ser envidioso, insultar y maldecir a otros, ser necio y orgulloso.


Pero Jesús les dijo: —¿Por qué estáis tan asustados? ¿Por qué os cuesta tanto creer?


Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les preguntó: —¿Por qué tenéis esos pensamientos?


Jesús se dio cuenta de lo que ellos estaban pensando; entonces llamó al hombre que no podía mover la mano y le dijo: —Levántate, y ponte de pie en medio de todos. El hombre se levantó y se puso en el centro.


Por tercera vez le preguntó Jesús: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se puso muy triste porque le había preguntado tres veces si le quería. Entonces le contestó: —Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —Cuida de mis ovejas.


Pero todavía hay gente entre vosotros que no cree. Jesús dijo esto porque desde el principio sabía quiénes eran los que no creían y quién era el que lo traicionaría.


Entonces Pedro dijo a Ananías: —¿Por qué le has hecho caso a Satanás y te has quedado con parte del dinero, creyendo que podrías engañar al Espíritu Santo?


Claramente veo que tienes envidia, y que no puedes dejar de hacer lo malo. Arrepiéntete de la maldad que has cometido, pide perdón a Dios por tus malas intenciones y tal vez él te perdone.


Nada de lo que Dios ha creado está oculto a los ojos de Dios que todo lo ve con claridad, y ante él seremos responsables de todo lo que hemos hecho.


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