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Lucas 10:29 - Biblia Lenguaje Básico

29 Pero el maestro de la Ley, para justificar su pregunta anterior insistió: —¿Y quién es mi prójimo?

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Biblia Reina Valera 1960

29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 El hombre quería justificar sus acciones, entonces le preguntó a Jesús: —¿Y quién es mi prójimo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 El otro, que quería justificar su pregunta, replicó: '¿Y quién es mi prójimo?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Pero él, queriendo justificarse, le preguntó a Jesús: '¿Y quién es mi prójimo?'.

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Lucas 10:29
11 Tagairtí Cros  

Pero un joven llamado Elihú se enfadó mucho con Job porque insistía en que era inocente y en que Dios era injusto con él. Elihú era hijo de Baraquel, y nieto de Buz, de la familia de Ram.


antes bien tratadlos como si fueran israelitas y amadlos como si de vosotros mismos se tratara, pues también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto. Yo soy vuestro Dios.


Después, Jesús llamó a sus discípulos y a la gente, y les dijo: —Si queréis ser mis discípulos, os tenéis que olvidar de hacer vuestra propia voluntad. Tenéis que estar dispuestos a cargar con vuestra propia cruz y a hacer lo que yo os diga.


Jesús dijo entonces al maestro de la Ley: —A ver, dime. De los tres hombres que pasaron por el camino, ¿cuál fue el prójimo del que maltrataron los ladrones?


Entonces Jesús les dijo: —Vosotros, delante de la gente, aparentáis ser personas honestas, pero Dios os conoce muy bien. Lo que la mayoría de la gente considera de mucho valor, para Dios no vale nada.


No comprenden que solo Dios nos puede declarar inocentes. Por eso han tratado de hacer algo para que Dios los acepte pero, en realidad, han rechazado la manera en que Dios quiere aceptarlos.


Si Dios lo hubiera aceptado por todo lo que hizo, entonces podría sentirse orgulloso ante nosotros. Pero ante Dios no podía sentirse orgulloso de nada.


Nadie puede agradar a Dios solo obedeciendo la ley, pues la Escritura dice: «los que son justos por la fe vivirán».


Como podéis ver, Dios nos acepta por lo que hacemos y no solo por lo que creemos.


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