Dios dice a su siervo: «Me parece muy poco para ti que reúnas las tribus de Israel y las hagas volver a su patria. Por eso te pondré como una luz para las naciones, y haré que lleves la salvación hasta el último rincón del mundo».

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Daniel 12:3

Pero los maestros sabios, que enseñaron a muchos a andar por el buen camino, brillarán para siempre como las estrellas del cielo.

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Malaquías 3:1

Pues mirad —dice el Dios todopoderoso—, yo voy a enviar un mensajero para que me prepare el camino. Es el mensajero del pacto a quien vosotros buscáis y deseáis, y que llegará a mi Templo cuando menos lo esperéis. Mi mensajero ya viene. Pero, cuando llegue, nadie va a poder resistir su presencia. ¡Ese día nadie va a poder mantenerse en pie! Mi mensajero es como el fuego que purifica los metales; es como el jabón que limpia la suciedad.

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Mateo 21:32

Porque Juan el Bautista vino y os enseñó cómo hacer la voluntad de Dios, pero no le creísteis. En cambio, los cobradores y las prostitutas sí le creyeron. Y vosotros, aunque lo visteis, no cambiasteis de conducta, sino que seguisteis sin creer en él.

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