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Jueces 8:34 - Biblia Lenguaje Básico

34 y se olvidaron de su Dios que los había librado de todos sus enemigos.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Y no se acordaron los hijos de Israel de Jehová su Dios, que los había librado de todos sus enemigos en derredor;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Se olvidaron del Señor su Dios, quien los había rescatado de todos los enemigos que los rodeaban.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Así fue como los israelitas se olvidaron de Yavé su Dios, el que los había librado de todos sus enemigos vecinos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Y los hijos de Israel no se acordaron de YHVH su Dios, el cual los había librado de mano de todos sus enemigos alrededor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Los israelitas, pues, no se acordaron de Yahveh, su Dios, que los había salvado de todos sus enemigos que lo cercaban.

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Jueces 8:34
10 Tagairtí Cros  

¡llamas de fuego cayeron sobre todos aquellos malvados!


Dios hizo grandes prodigios frente al mar de los Juncos y salvó a nuestros antepasados de sus opresores egipcios; pero nuestros antepasados se olvidaron de Dios


Cuando estaban en Egipto, en la región de Soan, vieron las grandes maravillas que Dios realizó ante sus ojos, pero luego las olvidaron.


No se acordaron del día en que Dios, con su poder, los libró de sus enemigos.


Acuérdate de tu creador ahora que eres joven. Acuérdate de tu creador antes de que vengan los días malos. Llegará el día en que digas: «Ya no me produce gusto vivir».


Ninguna novia se olvida de su vestido o de sus joyas; vosotros, en cambio, que sois mi pueblo, hace mucho que os olvidasteis de mí.


Lo que pretenden con esas fantasías que se cuentan unos a otros es que mi pueblo me olvide, como me olvidaron sus antepasados para adorar al dios Baal.


Cuando visita a sus amantes, se pone anillos y collares, pero a mí me tiene olvidado. Por eso la voy a castigar, pues ha adorado a dioses falsos y ha quemado incienso en su honor. Yo soy el Dios de Israel, y cumpliré mi palabra.


Por eso, no olvidéis jamás todo lo que habéis visto con vuestros propios ojos; al contrario, recordadlo y contádselo a vuestros hijos y nietos.


Los israelitas se olvidaron de Dios y pecaron contra él, adorando las estatuas de Baal y de Astarté.


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