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Jueces 5:30 - Biblia Lenguaje Básico

30 «Seguramente se están repartiendo el botín: una o dos mujeres para cada capitán, telas de muchos colores para Sísara, uno o dos pañuelos bordados en colores para adornarse el cuello».

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Biblia Reina Valera 1960

30 ¿No han hallado botín, y lo están repartiendo? A cada uno una doncella, o dos; Las vestiduras de colores para Sísara, Las vestiduras bordadas de colores; La ropa de color bordada de ambos lados, para los jefes de los que tomaron el botín.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 “Seguramente están repartiendo el botín que capturaron, que tendrá una o dos mujeres para cada hombre. Habrá túnicas llenas de todos los colores para Sísara, y para mí, coloridas túnicas con bordados. Seguro que en el botín hay túnicas de colores y bordadas de ambos lados”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Se están repartiendo el botín: una cautiva, dos cautivas para cada guerrero, paños de color para Sísera, bordados para su cuello.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 ¿Ya agarran el botín y lo reparten? Un útero° o dos por cada guerrero, Paños de colores para Sísara, Recamados y bordados para cuellos de cautivas. ¡Gran botín!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 ¿No será que hallaron botín y lo están repartiendo? ¡Una doncella, dos doncellas por cada valiente; telas de colores son el botín de Sísara, son el botín telas de colores; un manto, dos mantos de color para el cuello es el botín!

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Jueces 5:30
11 Tagairtí Cros  

Jacob amaba a José más que a sus otros hijos, pues nació cuando él ya era muy anciano. Por eso le hizo una túnica de muchos colores.


El sirviente echó de la casa a Tamar, y luego cerró la puerta. Tamar llevaba puesto un vestido largo y de amplias mangas, pues así se vestían las hijas de los reyes de Israel que todavía eran solteras.


Entra radiante la princesa, sus finos vestidos de oro resaltan su hermosura.


Dios ha dado una orden y son multitud los que difunden la noticia:


Nuestros enemigos pensaron: “¡Vamos a perseguirlos! ¡Vamos a darles alcance! ¡Vamos a acabar con ellos! ¡Vamos a repartirnos todo lo que tienen!”.


Vale más compartir la pobreza con los humildes que la riqueza con los orgullosos.


¡Dios nuestro, tú nos has llenado de alegría! Todos nos alegramos en tu presencia, como cuando llega la cosecha, como cuando la gente se reparte muchas riquezas.


Luego, en Tanac, junto al torrente de Meguido, vinieron a luchar los reyes cananeos; pero volvieron con las manos vacías.


La sirvienta más sabia le responde; y ella misma se repite estas palabras:


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