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Juan 2:15 - Biblia Lenguaje Básico

15 Al ver esto, Jesús tomó unas cuerdas, hizo un látigo con ellas y echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y bueyes. También arrojó al suelo las monedas de los que cambiaban dinero y volcó sus mesas.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Jesús se hizo un látigo con unas cuerdas y expulsó a todos del templo. Echó las ovejas y el ganado, arrojó por el suelo las monedas de los cambistas y les volteó las mesas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Hizo un látigo con cuerdas y los echó a todos fuera del Templo junto con las ovejas y bueyes; derribó las mesas de los cambistas y desparramó el dinero por el suelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, con las ovejas y los bueyes, y desparramó las monedas de los cambistas, y volcó las mesas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Hizo entonces un látigo de cuerdas y los arrojó a todos del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los cambistas y les volcó las mesas.

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Juan 2:15
7 Tagairtí Cros  

así que el ángel me explicó: —Significa que Dios está mandando a Zorobabel el siguiente mensaje: Esto es, Zorobabel, lo que yo, el Dios todopoderoso, te digo: No hace falta que seas poderoso, ni necesitas un gran ejército; lo único que necesitas es mi espíritu.


Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, fue al Templo y empezó a echar de allí a todos los que estaban vendiendo y comprando cosas. Derribó las mesas de los que cambiaban dinero de otros países por dinero del Templo, y también tiró los puestos de los que vendían palomas.


Los soldados y los guardias del Templo cayeron de espaldas al suelo.


Allí, en el Templo, encontró a algunos hombres vendiendo bueyes, ovejas y palomas; otros, sentados en sus mesas, cambiaban monedas extranjeras por monedas judías.


Y a los que vendían palomas les ordenó: —Sacad esto de aquí. ¡La casa de Dios, que es mi Padre, no es un mercado!


Entonces los soldados cortaron las cuerdas que sostenían el bote y lo dejaron caer al mar.


ni luchamos con las armas de este mundo. Al contrario, usamos el poder de Dios para destruir las fuerzas del mal, toda clase de acusaciones


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