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Juan 19:24 - Biblia Lenguaje Básico

24 decidieron no romperla sino echarla a suertes para ver a quién le tocaba. Así se cumplió lo que dicen las Escrituras: Se repartieron entre ellos mi ropa y echaron a suertes mi túnica.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Así que dijeron: «En lugar de rasgarla, tiremos los dados para ver quién se la queda». Con eso se cumplió la Escritura que dice: «Se repartieron mi vestimenta entre ellos y tiraron los dados por mi ropa». Así que eso fue lo que hicieron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 No la rompamos, echémosla más bien a suerte, a ver a quién le toca. Así se cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mi ropa y echaron a suerte mi túnica. Esto es lo que hicieron los soldados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Entonces se dijeron unos a otros: No la rasguemos, sino echemos suertes° sobre ella para ver de quién será. Para que se cumpliera la Escritura:° Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.° Así pues, hicieron esto los soldados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Dijéronse entonces los soldados: 'No hay que rasgarla, vamos a echarla a suertes, a ver a quién le toca'. Así se cumplió la Escritura: Repartieron mis vestidos entre sí, y sobre mi túnica echaron suertes. Esto es justamente lo que hicieron los soldados.

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Juan 19:24
13 Tagairtí Cros  

Con Zacarías se cumplió lo que Dios había prometido a Jehú: «Tus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos reinarán en Israel».


¡hasta puedo verme los huesos! Mis enemigos me vigilan sin cesar;


y en el centro se le dejará una abertura para que pueda pasar la cabeza. Esa abertura tendrá un dobladillo, como el que tienen los chalecos de cuero, para que no se rompa.


Pero el rey de Asiria cree que no está bajo mis órdenes; piensa que sus príncipes tienen la categoría de reyes y solo planea destruir y arrasar muchas naciones.


Los soldados crucificaron a Jesús y luego echaron a suertes su ropa. También colocaron un letrero por encima de la cabeza de Jesús, para explicar por qué lo habían crucificado. El letrero decía: «Este es Jesús, el Rey de los judíos». Al lado de Jesús crucificaron también a dos bandidos, y los pusieron uno a su derecha y el otro a su izquierda. Luego, los soldados se sentaron para vigilarlo.


Eran las nueve de la mañana cuando los soldados romanos crucificaron a Jesús en la cruz. Luego echaron a suerte su ropa. Además, colocaron un letrero para explicar por qué lo habían crucificado. El letrero decía: «El Rey de los judíos». Junto a Jesús crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y el otro a su izquierda.


Jesús, entonces, decía: —¡Padre, perdónalos, pues no saben lo que hacen! Mientras los soldados echaban suertes para saber cuál de ellos se quedaría con la ropa de Jesús,


Pues si la Escritura, que siempre dice la verdad, llama dioses a quienes ha sido dirigida la palabra de Dios,


No estoy hablando de todos vosotros. Yo sé a quiénes elegí. Pero debe cumplirse lo que las Escrituras anunciaron: El que come conmigo se ha vuelto mi enemigo.


Después de esto, sabiendo Jesús que se había cumplido todo lo que Dios le había encomendado, para que se cumpliera también lo que dicen las Escrituras, dijo: —Tengo sed.


Sabemos que los habitantes de Jerusalén y sus líderes no se dieron cuenta de quién era Jesús. Así que lo condenaron a muerte y, al hacerlo, cumplieron sin saberlo las palabras de los profetas que se leen todos los sábados en la sinagoga.


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