Los gabaonitas no eran israelitas, sino un resto de los antiguos habitantes del país; pero en los días de Josué, los israelitas habían hecho con ellos un acuerdo de paz. Sin embargo, Saúl había tratado de destruirlos para que Israel y Judá controlaran todo el territorio. Por eso David llamó a los gabaonitas y les dijo: —¿Qué puedo hacer para reparar el daño que os hizo Saúl, y para que pidáis a Dios por nosotros que somos su pueblo?