Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Josué 7:7 - Biblia Lenguaje Básico

7 Y Josué dijo: —Dios y Señor nuestro, ¿para qué nos has hecho cruzar el Jordán? ¿Acaso quieres entregarnos a los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado del otro lado del río!

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

7 Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán!

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Entonces Josué clamó: —Oh Señor Soberano, ¿por qué nos hiciste cruzar el río Jordán si vas a dejar que los amorreos nos maten? ¡Si tan solo nos hubiéramos conformado con quedarnos del otro lado!

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Josué dijo entonces: '¡Ay! ¡Señor Yavé! ¿Para qué hiciste que este pueblo atravesara el Jordán? ¿Fue acaso para entregarnos en manos de los amoreos y hacernos morir? ¿Por qué no nos quedamos mejor al otro lado del Jordán?'

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y dijo Josué: ¡Ah, Adonay YHVH! ¿Por qué hiciste pasar° el Jordán a este pueblo para entregarnos en mano del amorreo para destruirnos? ¡Ojalá nos hubiéramos propuesto habitar al otro lado del Jordán!

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Decía Josué: '¡Ay, Señor mío, Yahveh! ¿Por qué has hecho que este pueblo pasara a este lado del Jordán, para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos? ¡Ojalá hubiéramos decidido quedarnos al otro lado del Jordán!

Féach an chaibidil Cóip




Josué 7:7
19 Tagairtí Cros  

Entonces el rey de Israel dijo: —Somos tres reyes, pero me parece que Dios va a entregarnos en manos del rey de Moab.


En medio de mi angustia pensaba que no hay nadie en quien confiar.


Les decían: —Nos habéis traído a este desierto para matarnos de hambre. Hubiera sido mejor que Dios nos quitara la vida en Egipto. Allí, por lo menos, teníamos ollas llenas de carne y podíamos sentarnos a comer hasta quedar satisfechos.


Pero era tanta la sed que tenían, que siguieron criticando a Moisés. Le dijeron: —¿Para esto nos sacaste de Egipto? ¿Para matarnos de sed, junto con nuestros hijos y nuestros animales?


¿Para qué nos ha traído Dios a este territorio? ¿Solo para que nos maten a todos y se lleven como esclavos a nuestras mujeres e hijos? ¡Mejor regresemos a Egipto!


Jesús contestó: —Sois gente malvada e incrédula. ¿Hasta cuándo tendré que soportaros? ¿Hasta cuándo tendré que estar entre vosotros? ¡Traedme aquí al muchacho!


Jesús les respondió: —Porque no tenéis fe en Dios. Os aseguro que si vuestra fe fuera tan pequeña como un grano de mostaza, podríais ordenarle a esta montaña que se moviera de su lugar, y os obedecería. ¡Nada sería imposible para vosotros!


Además, parece que os habéis olvidado ya del consejo que Dios os da, como hijos suyos que sois: «Hijo mío, no tomes las enseñanzas de Dios como algo sin importancia. Ni te pongas triste cuando él te riña.


Josué y los jefes de los israelitas se acercaron al Arca de Dios, rasgaron su ropa y se echaron ceniza sobre la cabeza para mostrar su gran tristeza. Luego se inclinaron hasta tocar el suelo con su frente, y así permanecieron hasta que anocheció.


Dios mío, ahora que nuestro ejército ha huido, ¿qué puedo decir yo?


Cuando el resto del ejército israelita regresó al campamento, los jefes del pueblo se preguntaron: —¿Por qué permitió Dios que los filisteos nos derrotaran? Vamos a Siló a traer el Arca del pacto. ¡Así Dios nos librará de nuestros enemigos!


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí