Teniendo como testigo a todo Israel, que es la asamblea de Dios, y en presencia de nuestro Dios, os pido que respetéis y cumpláis todos los mandamientos de Dios; solo así podréis seguir viviendo en esta tierra fértil, y podréis dejársela como herencia a vuestros hijos para siempre. Luego el rey David dirigiéndose a su hijo Salomón le dijo: