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Josué 23:14 - Biblia Lenguaje Básico

14 Yo voy a morir muy pronto. Pero vosotros debéis reconocer en lo más hondo del corazón que vuestro Dios no ha dejado de cumplir ninguna de las promesas que os había hecho. Todo lo que prometió se ha hecho realidad.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra; reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 »Dentro de poco moriré, seguiré el camino de todo ser viviente en este mundo. En lo profundo del corazón, ustedes saben que cada promesa del Señor su Dios se ha cumplido. ¡Ni una sola ha fallado!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 En el momento en que me estoy yendo por el camino de toda criatura, reconozcan desde el fondo de su corazón y de su espíritu que Yavé su Dios realizó todo lo que había prometido. Todas sus palabras se han cumplido, ni una sola quedó sin efecto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 He aquí yo voy hoy por el camino de toda la tierra. Reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha caído ni una palabra de todas las buenas cosas que YHVH vuestro Dios ha hablado acerca de vosotros. Todas ellas os han sido cumplidas sin caer una de ellas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Yo, por mi parte, estoy a punto de emprender el camino de todos los hombres; pero reconoced con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que no ha dejado de cumplirse ni una sola de cuantas buenas promesas os hizo Yahveh, vuestro Dios: todas se han cumplido en favor vuestro, ninguna de ellas ha fallado.

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Josué 23:14
16 Tagairtí Cros  

Cuando se acercaba la hora de su muerte, mandó llamar a su hijo José y le dijo: —Voy a pedirte un favor, y júrame que lo cumplirás. Si de verdad me quieres, prométeme que no me enterrarás en Egipto.


—Tarde o temprano, la muerte nos llega a todos, y a mí me falta poco para morir. Sé valiente y compórtate como tal.


—Bendito sea Dios, que ha dado paz a su pueblo Israel, cumpliendo así todo lo que había prometido. No ha dejado de cumplir ni una sola de las promesas que nos hizo por medio de Moisés.


y un día me arrojarás a la tumba, que es el destino de todos.


Por eso he venido a librarlos del poder egipcio. Los voy a llevar a una región muy grande y fértil que mana leche y miel. Es Canaán, país donde viven pueblos que no me conocen.


Cuando llegue ese día, darán miedo las alturas y los peligros del camino. Entonces el almendro dejará de florecer, los saltamontes serán carga pesada y la alcaparra no servirá para nada. Cuando llegue ese día, iremos a la morada eterna y en las calles las plañideras lamentarán nuestra muerte.


Y todo lo que podamos hacer, hagámoslo con ilusión. Vamos hacia el reino de los muertos, y allí no hay trabajo ni planes, ni conocimiento ni sabiduría.


Cuando yo les entregué la tierra que había prometido darles, ellos hicieron pequeños templos en lo alto de las colinas y allí, bajo árboles frondosos, presentaban a los dioses falsos toda clase de ofrendas, provocando así mi ira.


¡Dios no es como nosotros! No dice mentira alguna ni cambia de parecer. Dios cumple lo que promete.


El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras permanecerán para siempre.


En cuanto a nosotros, Dios ha decidido que todos muramos una sola vez y después vendrá el juicio.


Samuel seguía creciendo, y Dios lo cuidaba. También le daba mensajes en el santuario de Siló, y Samuel se los comunicaba a todo el pueblo. Todo lo que Dios prometía por medio de Samuel, se cumplía. Por eso en todo Israel, la gente confiaba plenamente en las palabras de Samuel.


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