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Jeremías 7:28 - Biblia Lenguaje Básico

28 Diles que son una nación mentirosa que no ha querido obedecerme ni ha aceptado ser corregida.

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Biblia Reina Valera 1960

28 Les dirás, por tanto: Esta es la nación que no escuchó la voz de Jehová su Dios, ni admitió corrección; pereció la verdad, y de la boca de ellos fue cortada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Diles: “Esta es la nación que no obedece al Señor su Dios y que rechaza ser enseñada. Entre ellos la verdad ha desaparecido; ya no se escucha en sus labios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Diles, entonces, esto: Esta es la nación que no ha escuchado la voz de Yavé, su Dios, ni ha querido aprender. La fidelidad ha muerto, ha desaparecido de su boca.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Entonces les dirás: ¡Ésta es la nación que no escucha la voz de YHVH su Dios, ni admite corrección! Ya pereció la verdad, y ha sido desterrada de su boca.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Deberás por tanto decirles: 'Ésta es la nación que no ha escuchado la voz de Yahveh, su Dios, ni ha aceptado la corrección. La lealtad ha desaparecido, ha sido cercenada de su boca'.

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Jeremías 7:28
21 Tagairtí Cros  

Sálvanos, Dios mío, pues ya no hay en este mundo gente que te sea fiel.


pues no quieres que te corrija ni tomas en cuenta mis palabras.


Todo el que quiera ser sabio debe empezar por obedecer a Dios. Pero los que son necios rechazan la corrección y desprecian la sabiduría.


Los israelitas son un pueblo que no quiere obedecer mis enseñanzas. Son infieles y rebeldes.


Sus antepasados se negaron a obedecerme y ellos hacen lo mismo, pues adoran a otros dioses. ¡Ni el pueblo de Israel ni el de Judá han cumplido el pacto que hice con sus antepasados!


quienes, sin embargo, no quisieron obedecer a Dios, sino que se empeñaron en desobedecerlo y no quisieron aprender la lección.


De nada ha servido castigar a vuestros hijos, pues no aceptáis mis correcciones. ¡Todos vosotros, como leones feroces, disteis muerte a mis profetas!


Por más que yo he tratado de enseñarles y corregirlos, ellos no me han escuchado ni me han prestado atención; en lugar de seguirme, se han alejado de mí.


Id por las calles de Jerusalén; mirad bien por las plazas y buscad a una sola persona buena, que haga justicia y diga la verdad. Si la encontráis, entonces yo perdonaré a la ciudad.


Pues bien, Dios de Israel, yo sé que tú buscas gente honesta; pero este pueblo es muy terco, es más duro que una roca y no ha querido arrepentirse. Por eso lo has castigado, pero parece que no le dolió; y aunque lo has aplastado, no ha querido hacerte caso.


Yo os he dado vigilantes para advertiros del peligro, pero no les habéis prestado atención.


Todos ellos son muy rebeldes, son tercos y mentirosos. Aparentan ser honestos, pero en realidad son unos corruptos.


¡Cambiad de conducta, habitantes de Jerusalén! De lo contrario, os abandonaré y convertiré vuestro país en un desierto.


Escuchad, israelitas, el mensaje de vuestro Dios: Yo tengo un pleito con vosotros, israelitas. Porque no sois sinceros ni amáis a vuestro prójimo. Todo el mundo mata y roba, miente y jura en falso, y no es fiel en su matrimonio. Por todos lados hay violencia y nadie conoce a Dios en el país.


No aceptas consejos de nadie, ni permites que se te corrija; no me buscas ni confías en mí.


Todo esto lo hice por ti, Jerusalén. Pensé que así me obedecerías y no tendría que castigarte, pero tus habitantes se dieron prisa para cometer toda clase de maldad.


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