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Jeremías 23:31 - Biblia Lenguaje Básico

31 aquí estoy en contra de esos profetas que solo dicen palabras vacías

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Biblia Reina Valera 1960

31 Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: Él ha dicho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Estoy en contra de estos profetas que con mucha labia dicen: “¡Esta profecía es del Señor!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 que no tienen más que abrir su boca para pronunciar oráculos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 He aquí Yo estoy contra los profetas, dice YHVH, que sueltan sus lenguas y dicen: Él dice.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Aquí estoy contra los profetas -oráculo de Yahveh-, que utilizan su lengua para proferir un oráculo.

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Jeremías 23:31
12 Tagairtí Cros  

Sedecías, hijo de Quenaná, se había hecho unos cuernos de hierro y gritaba: —Dios ha dicho que con estos cuernos Ajab atacará a los sirios hasta destruirlos.


Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, que eran alrededor de cuatrocientos, y les preguntó: —¿Debo atacar a Ramot de Galaad para recuperarla? Los profetas contestaron: —Atácala, porque Dios te la va a entregar.


No quieren que sus videntes tengan visiones; ni que sus profetas les digan la verdad. Prefieren que les hablen de cosas agradables; prefieren seguir creyendo que todo les saldrá bien.


A los que desprecian la palabra de Dios les aseguran: «os irá bien»; y a los que obran mal les prometen: «nada malo os pasará».


Por eso estoy en contra de todos esos profetas que pretenden hablar en mi nombre;


y cuentan sueños engañosos que no hacen ningún bien a mi pueblo. Dicen que yo les envié, pero no es verdad y lo único que hacen es conducir al error a mi pueblo con sus fantasías y mentiras. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Entonces yo le dije a Ananías: —Ahora escúchame bien, Ananías. Tú estás haciendo que este pueblo crea en una mentira, pues Dios nunca te envió a hablarles.


Y así sucedió: en el séptimo mes, el mes de Etanim, de ese mismo año, el profeta Ananías murió.


Y es que solo seríais felices con profetas mentirosos que os dijeran: «si nos dais vino y licor, profetizaremos a favor vuestro».


Si aparece alguien diciendo que trae un mensaje de parte de Dios, pero en realidad no es así, deberéis condenarlo a muerte. Lo mismo deberéis hacer con cualquiera que aparezca con mensajes de otros dioses.


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