Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Jeremías 19:1 - Biblia Lenguaje Básico

1-4 Dios me dijo: —Jeremías, compra en la casa del alfarero una vasija de barro, y ve al valle de Ben Hinón, que está a la entrada de la puerta oriental. Haz que te acompañen algunos jefes del pueblo y los sacerdotes más importantes. Cuando llegues allí, diles a los reyes de Judá y a los habitantes de Jerusalén que presten atención a mis palabras. Este es el mensaje que les darás de mi parte: «Vosotros sois mi pueblo, pero me habéis abandonado. Para colmo, me habéis ofendido al adorar en este valle a otros dioses. Esos dioses nunca se preocuparon por vosotros ni por vuestros antepasados, ni por los reyes de Judá. Por eso yo, el todopoderoso Dios de Israel, voy a enviaros un desastre tan terrible, que quienes lo sepan temblarán de miedo. En este mismo valle vosotros habéis dado muerte a mucha gente inocente.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

1 Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro del alfarero, y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes;

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Esto me dijo el Señor: «Ve y compra una vasija de barro. Después pide a algunos de los líderes de tu pueblo y a los sacerdotes que te sigan.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Esta fue la palabra de Yavé: 'Anda a comprarte un jarro de greda. Que te acompañen algunos ancianos del pueblo y algunos sacerdotes.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

1 Así dijo YHVH: Ve y compra una vasija de barro de alfarero, y lleva contigo de los ancianos del pueblo y de los ancianos de los sacerdotes,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Yahveh me dijo así: 'Vete a comprar un botijo de barro de alfarero, toma contigo a algunos ancianos del pueblo y a algunos ancianos de los sacerdotes,

Féach an chaibidil Cóip




Jeremías 19:1
20 Tagairtí Cros  

Luego pidió a Eliaquín, a Sebná y a los sacerdotes más ancianos que fueran a ver al profeta Isaías, hijo de Amós. Como ya se ha dicho, Eliaquín era el encargado del palacio, y Sebná era secretario del rey. Todos ellos fueron vestidos con ropa áspera para mostrar su tristeza,


Será como un jarro que se rompe por completo. Tan pequeños son los pedazos que no sirven para nada; ¡ni para recoger las brasas de un brasero, ni para sacar agua de un pozo!».


Dios me dijo: —Jeremías, cómprate un cinturón de tela de lino y póntelo alrededor de la cintura, pero no lo laves.


Entonces algunos jefes se levantaron y dijeron a los que estaban allí reunidos:


—El Dios todopoderoso te ordena recibir esta escritura, tanto la copia sellada como la copia abierta. Guárdalas en una vasija de barro para que no se echen a perder.


¡Oro puro! Así se valoraba a los habitantes de Jerusalén; ahora son simples ollas de barro fabricadas por un alfarero.


Así que tú, Ezequiel, toma un molde de barro fresco y dibuja en él la ciudad de Jerusalén.


Luego Dios me dijo: —Ezequiel, hombre mortal, toma una navaja afilada y córtate el pelo de la cabeza y de la barba. Toma luego una balanza y pesa el pelo en tres partes iguales.


Dios respondió a Moisés: —Escoge de entre el pueblo a setenta hombres de los más importantes de Israel, que tú sepas que son muy respetados. Llévalos a la Tienda del encuentro, y que esperen allí.


Fue en esos días cuando los sacerdotes principales y los líderes del país se reunieron en el palacio del jefe de los sacerdotes, llamado Caifás.


Al amanecer, todos los sacerdotes principales y los líderes del país tramaron juntos un plan para matar a Jesús.


Se acercó a nosotros y, tomando el cinturón de Pablo, se ató las manos y los pies diciendo: —El Espíritu Santo dice que así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cinturón, para entregarlo luego a los paganos.


Cuando Dios nos confió la buena noticia, puso un tesoro en una frágil vasija de barro. Así, cuando anunciamos la buena noticia, la gente sabe que el extraordinario valor de ese mensaje viene de Dios y no de nosotros.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí