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Hechos 23:3 - Biblia Lenguaje Básico

3 Pero Pablo le dijo: —Dios te va a golpear a ti, ¡hipócrita! Tú tienes que juzgarme de acuerdo con la Ley. Y si es así, ¿por qué la desobedeces ordenando que me golpeen?

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

3 Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pero Pablo le dijo: «¡Dios te golpeará a ti, hipócrita corrupto! ¿Qué clase de juez eres si tú mismo infringes la ley al ordenar que me golpeen así?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Pablo entonces le dijo: 'Dios te golpeará a ti, pared blanqueada. Estás ahí sentado para juzgarme según la Ley, y tú violas la Ley ordenando que me golpeen.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada!° Estás sentado para juzgarme° conforme a la ley, ¿y violando la ley, mandas que me golpeen?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Entonces Pablo le dijo: 'Dios te va a pegar a ti, pared blanqueada. Estás sentado para juzgarme según la ley, ¿y contra toda ley ordenas que me abofeteen?'.

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Hechos 23:3
14 Tagairtí Cros  

Al oír esto, Sedecías hijo de Quenaná, se acercó, dio una bofetada a Miqueas y le dijo: —¿Cómo te atreves a decir que el espíritu de Dios me ha abandonado y te ha hablado a ti?


Tú no puedes ser amigo de gobernantes corruptos que se sirvan de la ley para cometer injusticias.


En esta vida he visto que el lugar de la ley lo ocupa el delito; el lugar de la justicia lo ocupa la injusticia.


Si tenéis que resolver algún asunto legal, no seáis injustos, favoreciendo a alguien, tanto si es pobre como si es rico.


No hagáis trampa con las pesas y medidas. Las balanzas, pesas y medidas que uséis deben ser exactas. Yo soy vuestro Dios, el que os sacó de Egipto. Por lo tanto, cumplid fielmente todos mis mandamientos. Yo soy vuestro Dios.


No habéis tratado con justicia a los que son maltratados, ni habéis respetado sus derechos; ¡habéis convertido en malo lo que es bueno!


A continuación Anás envió a Jesús, todavía atado, a Caifás, el jefe de los sacerdotes.


—Según nuestras leyes, no podemos condenar a nadie sin escucharlo antes.


Los demás judíos de la Junta le dijeron: —¿Por qué insultas al jefe de los sacerdotes que representa a Dios?


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