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Hebreos 8:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 Lo más importante de lo que estamos diciendo es que tenemos un Jefe de sacerdotes que está en el cielo, sentado a la derecha del trono de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 El punto principal es el siguiente: tenemos un Sumo Sacerdote quien se sentó en el lugar de honor, a la derecha del trono del Dios majestuoso en el cielo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Tratemos de resumir lo que hemos dicho: tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la derecha del Dios de Majestad en los cielos;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal Sumo Sacerdote que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 El punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos un sumo sacerdote tal que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en los cielos.

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Hebreos 8:1
21 Tagairtí Cros  

¡Dios mío, a ti te pertenecen la grandeza y el poder, la gloria, el dominio y la majestad! Porque todo lo que existe es tuyo. ¡Tú reinas sobre todo el universo!


¡Del norte viene un brillante resplandor! ¡Es Dios con todo su poder!


Quiero bendecirte a ti, mi Dios, porque eres el más grande; estás cubierto de una majestad esplendorosa y te envuelve un manto de luz. Extendiste los cielos como un tapiz y sobre las aguas del cielo pusiste el lugar donde habitas. Las nubes son tus carros de combate; ¡viajas sobre las alas del viento!


Salmo de David. Mi Dios le dijo a mi señor el rey: «Siéntate a la derecha de mi trono hasta que yo derrote a tus enemigos».


Te pidió que le dieras vida, y le has dejado vivir muchos años.


Los pocos que se salven gritarán y saltarán de alegría. Aclamarán la grandeza y el nombre de Dios hasta en los más remotos países.


Cuando vengan los asirios para invadir nuestro país y quieran ocupar nuestros palacios, ese rey nos librará de ellos y nos hará vivir en paz. Valiéndose de sus jefes y capitanes, someterá a Asiria con la espada y nos librará de los asirios —habitantes de Nemrod— cuando estos intenten invadirnos.


Cuando el Señor Jesús terminó de hablar con sus discípulos, subió al cielo y se sentó en el lugar de honor, al lado derecho de Dios.


El Señor me envió a anunciar ese plan y por ello estoy ahora preso. Pedidle a Dios que me dé el valor de anunciar sin ningún temor la buena noticia.


Ya que habéis resucitado juntamente con Cristo, interesaos por las cosas del cielo, donde Cristo gobierna junto a Dios.


Dios nunca le dijo a ningún ángel: «Siéntate a la derecha de mi trono hasta que yo derrote a tus enemigos».


El Hijo de Dios nos muestra el poder y la grandeza de su Padre. El Hijo de Dios es igual en todo a su Padre y mediante su palabra poderosa hace que el universo siga existiendo. El Hijo de Dios logró que Dios perdonara nuestros pecados y después subió al cielo para sentarse a la derecha del trono de su Padre.


Pero Jesucristo ofreció a Dios un solo sacrificio para siempre y así alcanzó el perdón de nuestros pecados. Luego «se sentó a la derecha del trono de Dios»


Pongamos, pues, toda nuestra atención en Jesús, que es quien fundamenta y perfecciona nuestra fe y quien soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, le esperaba una existencia feliz. Y, efectivamente, ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.


Para poder ayudarlos, Jesús tenía que hacerse igual a sus hermanos, convirtiéndose en sacerdote lleno de amor y fiel en todo lo que se refiere a Dios. Además, por medio de su muerte, Jesús logró que Dios perdonara nuestros pecados.


Hermanos, Dios os ha llamado para que seáis su pueblo elegido. Por eso, pensad seriamente quién es Jesús: ¡Él es nuestro apóstol y nuestro Jefe de Sacerdotes!


Jesús es el Hijo de Dios y es nuestro gran Jefe de los sacerdotes, que ha subido al cielo. Por eso debemos mantenernos firmes en la fe que creemos.


A los que salgan vencedores haré que reinen conmigo, igual que yo he vencido y ahora reino con mi Padre.


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