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Génesis 38:14 - Biblia Lenguaje Básico

14 Entonces ella se quitó la ropa de luto, se tapó la cara con un velo y fue a sentarse a la entrada de Enáin, junto al camino que lleva a Timná. Tamar se había dado cuenta de que Selá ya había crecido y, sin embargo, Judá no lo casaba con ella.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Entonces se quitó ella los vestidos de su viudez, y se cubrió con un velo, y se arrebozó, y se puso a la entrada de Enaim junto al camino de Timnat; porque veía que había crecido Sela, y ella no era dada a él por mujer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Tamar ya sabía que Sela había crecido, pero aún no se había arreglado nada para que ella se casara con él. Así que se quitó la ropa de viuda y se cubrió con un velo para disfrazarse. Luego se sentó junto al camino, a la entrada de la aldea de Enaim, la cual está rumbo a Timna.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Ella entonces se sacó sus ropas de viuda, se cubrió con un velo, y con el velo puesto fue a sentarse a la entrada de Enaín, que está en el camino a Timna, pues veía que Sela era ya mayor, y todavía no la había hecho su mujer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Entonces ella, viendo que Sela había crecido y no había sido dada a él por mujer, se quitó las ropas de su viudez, se cubrió con un velo, y, disfrazada, se sentó en la puerta de Enáyim, que está junto al camino de Timná.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Se quitó ella los vestidos de viuda, se cubrió con un velo, y, así cubierta, se sentó a la entrada de Enáin, junto al camino de Timná; pues veía que Selá era ya mayor y no la desposaban con él.

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Génesis 38:14
9 Tagairtí Cros  

y le preguntó al mayordomo: —¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encuentro? El mayordomo respondió: —¡Es mi amo! Entonces ella tomó un velo y se cubrió la cara.


Cuando Judá vio a una mujer con la cara cubierta, no se imaginó que se trataba de su nuera. Más bien, pensando que era una prostituta, se acercó a ella y le propuso: —Oye, quiero acostarme contigo. Ella contestó: —Suponiendo que te deje, ¿qué me darás a cambio?


Enseguida que Judá se marchó, ella se quitó el velo y volvió a ponerse las ropas de luto.


En cuanto Judá reconoció su sello con el cordón y la vara, dijo: —El culpable soy yo, y no ella, pues no quise darle a mi hijo Selá como marido. Y Judá nunca más volvió a tener relaciones sexuales con Tamar.


En ese preciso instante una mujer salió a su encuentro. Iba vestida como una prostituta, y no disimulaba sus intenciones.


A esa clase de mujeres se las ve andar por las calles, o andar vagando por las plazas, o detenerse en cada esquina esperando a ver quién pasa.


Mira hacia las colinas y dime ¿dónde no me has sido infiel? Te sentabas junto a los caminos, igual que un beduino en el desierto, y te ofrecías como prostituta a todos los que pasaban. Con tu infidelidad has llenado de maldad el país.


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