Génesis 37:34 - Biblia Lenguaje Básico34 Allí mismo Jacob rasgó su ropa en señal de tristeza, se vistió de luto y, durante mucho tiempo, lloró por la muerte de su hijo. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196034 Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre sus lomos, y guardó luto por su hijo muchos días. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente34 Entonces Jacob rasgó su ropa y se vistió de tela áspera, e hizo duelo por su hijo durante mucho tiempo. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)34 Jacob desgarró sus vestidos, se vistió con un sayal, e hizo duelo por su hijo durante muchos días. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion34 Entonces Jacob rasgó sus ropas, puso tela de saco en sus lomos e hizo duelo por su hijo durante muchos días. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197534 Entonces Jacob rasgó sus vestiduras, se vistió de saco e hizo duelo por su hijo muchos días. Féach an chaibidil |
De nuevo David le preguntó: —¿De dónde dices que eres? Él respondió: —Soy hijo de un amalecita que vino a vivir en Israel. Entonces David le dijo: —¿Y cómo te atreviste a rematar a quien Dios eligió como rey de su pueblo? Tú mismo reconoces tu culpa al decir: «Yo maté al elegido de Dios». Enseguida ordenó David a uno de sus oficiales que diera muerte al amalecita, y así lo hizo el oficial. A continuación David y todos los que estaban con él, rasgaron sus ropas para mostrar su tristeza por la muerte de Saúl y Jonatán y por la de todos los israelitas caídos en el campo de batalla. Luego rompieron a llorar y ayunaron durante todo el día.
Luego David dijo a Joab y a todos los que estaban con él: —Rasgad la ropa que lleváis puesta, vestíos con ropas ásperas y llorad por Abner. Abner fue enterrado en Hebrón. El día que lo enterraron, el propio rey David iba detrás del féretro. El rey y toda la gente lloraban desconsoladamente ante la tumba de Abner. Y el rey entonó esta lamentación: «¿Por qué ha tenido Abner que morir de forma tan absurda? Si no tenías las manos atadas ni los pies encadenados, ¿por qué tuviste que morir asesinado?». La gente no dejaba de llorar por Abner,
—Habitantes de Corazín, ¡qué mal vais a acabar! ¡Y también los que vivís en Betsaida! Si los milagros ocurridos entre vosotros se hubieran hecho en las ciudades de Tiro y de Sidón, hace tiempo que los que viven allí habrían cambiado su manera de vivir. Se habrían vestido con ropas ásperas y se habrían echado ceniza en la cabeza para mostrar su arrepentimiento.