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Génesis 2:9 - Biblia Lenguaje Básico

9 Luego Dios hizo que creciera allí toda clase de árboles; eran hermosos y daban fruta muy sabrosa. En medio de ese jardín estaba el árbol de la vida, y también el árbol del conocimiento del bien y del mal.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 El Señor Dios hizo que crecieran del suelo toda clase de árboles: árboles hermosos y que daban frutos deliciosos. En medio del huerto puso el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Yavé Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, agradables a la vista y buenos para comer. El árbol de la Vida estaba en el jardín, como también el árbol de la Ciencia del bien y del mal.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 YHVH ’Elohim hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comida. Y en medio del huerto estaba el árbol de la vida,° y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Yahveh-Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles gratos a la vista y de frutos sabrosos; y también el árbol de vida en medio del jardín, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

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Génesis 2:9
19 Tagairtí Cros  

pero no del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de ese árbol, te aseguro que morirás.


y dijo: «Ahora el hombre y la mujer son como uno de nosotros, pues conocen el bien y el mal. Para vivir para siempre solo les falta comer el fruto del árbol de la vida».


Después de expulsar al hombre y a la mujer, Dios colocó unos querubines al este de Edén y también puso una espada que lanzaba llamas y giraba hacia todos lados, para impedir que alguien se acercara al árbol de la vida.


Lo que Dios nos ha prohibido es comer o incluso tocar el fruto del árbol que hay en medio del jardín, porque moriríamos. Pero la serpiente dijo a la mujer:


Bien sabe Dios que, cuando comáis del fruto de ese árbol, seréis iguales a él y podréis conocer el bien y el mal.


El premio de los buenos es la vida misma; el de los sabios es el aprecio de la gente.


Es árbol que da la vida a quienes la consiguen; será feliz quien la mantenga.


Cuando hablan los falsos profetas, no dejo que se cumpla lo que ellos anuncian; demuestro que los adivinos no tienen razón, y convierto en puras tonterías la sabiduría de los seres humanos.


Te sentías segura en tu maldad pues pensabas que nadie te veía. Tu sabiduría y tus conocimientos te hicieron perder la cabeza, mientras te decías a ti misma: "Yo, y nadie más que yo".


No había en todo el paraíso un solo árbol que pudiera compararse contigo. No había nadie que tuviera tu grandeza y hermosura. Sin embargo, caerás a lo más profundo de la tierra, junto con los demás árboles de mi jardín. Allí quedarás tendido entre los paganos y los que murieron en la guerra. Este será tu destino, faraón, y el de todo tu pueblo. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


En las dos orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales. Sus hojas nunca se caerán, sino que se usarán como medicina. Serán regados con el agua que sale del Templo, y el fruto que darán cada mes servirá de alimento.


Ahora quiero responder a lo que me habéis preguntado acerca de los alimentos ofrecidos a los ídolos. Todos sabemos algo acerca de esto. Sin embargo, debemos reconocer que el conocimiento nos vuelve orgullosos, mientras que el amor fortalece nuestra vida cristiana.


Si alguien tiene oídos, que ponga atención a lo que el Espíritu de Dios dice a las iglesias. A los que salgan vencedores les daré a comer el fruto del árbol que da vida, un árbol que crece en el paraíso de Dios.


Felices los que dejen de hacer lo malo, pues tendrán derecho a comer de los frutos del árbol que da vida eterna y podrán entrar por las puertas de la ciudad.


En medio de la plaza de la ciudad, a uno y otro lado del río, crecía un árbol, el árbol de la vida, que daba fruto una vez al mes, o sea doce cosechas al año, y sus hojas servían para sanar las enfermedades de todas las naciones.


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