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Éxodo 8:12 - Biblia Lenguaje Básico

12 Entonces Dios dijo a Moisés: —Dile a Aarón que golpee con su vara el polvo del suelo de Egipto, para que se convierta en mosquitos.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia de Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas que había mandado a Faraón.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Entonces Moisés y Aarón salieron del palacio del faraón, y Moisés clamó al Señor acerca de las ranas que le había enviado al faraón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Nuevamente habló Yavé a Moisés: 'Di a Aarón que golpee con su bastón el polvo de la tierra, y saldrán mosquitos por todo el país.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y Moisés y Aarón salieron de estar con Faraón, y clamó Moisés a YHVH por el asunto de las ranas que Él había puesto sobre Faraón.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Dijo Yahveh a Moisés: 'Di a Aarón: 'Extiende tu cayado y golpea el polvo de la tierra, que se convertirá en mosquitos en todo el país de Egipto''.

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Éxodo 8:12
10 Tagairtí Cros  

Dios dio una orden, y todo el país se llenó de moscas y de mosquitos.


Moisés salió de la presencia del faraón y oró a Dios.


Moisés trató de calmar a Dios, y le dijo: —Dios mío, ¡no descargues tu ira contra este pueblo! ¡Tú mismo lo sacaste de Egipto usando tu gran poder!


Moisés y Aarón hicieron lo que Dios les ordenó. Aarón extendió el brazo y con su vara golpeó el polvo del suelo. Al instante, todo el polvo de Egipto se convirtió en mosquitos que picaban a la gente y a los animales.


Moisés y Aarón salieron del palacio del faraón. Luego Moisés rogó a Dios que alejara del faraón las ranas que había mandado sobre él.


Moisés salió entonces de la presencia del faraón y, una vez fuera de la ciudad, levantó los brazos y pidió a Dios que cesaran los truenos y el granizo. Al momento la lluvia terminó, el granizo dejó de caer, y los truenos ya no se escucharon más.


Además, los israelitas llegarán a ser un pueblo muy numeroso, pues así me lo han pedido. Ahora sus ciudades están desiertas, pero yo haré que vuelvan a llenarse de gente. Así como la ciudad se llenaba de ovejas en los días de fiestas, así se llenará de gente. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel.


En cuanto a mí, nunca dejaré de rogar a Dios por vosotros, pues dejar de hacerlo sería un pecado. Y os seguiré enseñando a portaros bien y a vivir como Dios quiere.


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