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Éxodo 15:25 - Biblia Lenguaje Básico

25 Moisés pidió ayuda a Dios. Entonces Dios le mostró un arbusto y le ordenó que lo arrojara al agua amarga. Moisés así lo hizo, y al instante el agua se volvió dulce. En ese mismo lugar Dios puso a prueba a los israelitas y además les dio normas de conducta.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Así que Moisés clamó al Señor por ayuda, y él le mostró un trozo de madera. Moisés echó la madera al agua, y el agua se volvió potable. Fue allí, en Mara, donde el Señor estableció el siguiente decreto como una norma para probar la fidelidad del pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Y como Moisés invocara a Yavé, le enseñó cierto madero; Moisés lo echó en las aguas, y se endulzaron. Fue allí donde Yavé dio al pueblo sus decisiones y sus decretos. Allí lo puso a prueba,

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Entonces él clamó a YHVH, y YHVH le mostró un árbol, el cual echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí le puso° estatuto y decreto, y allí lo probó,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Entonces Moisés clamó a Yahveh y Yahveh le mostró un madero que él echó en el agua. Y el agua se volvió dulce. Allí dio Yahveh al pueblo una ley y un derecho, y allí lo puso a prueba.

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Éxodo 15:25
26 Tagairtí Cros  

Eliseo fue al manantial de la ciudad, arrojó allí la sal y dijo: —Dios dice que ha purificado estas aguas, y que nunca más causarán la muerte de los habitantes de la ciudad ni va a impedir que la tierra dé frutos.


Pero Eliseo dijo: —¡Traedme harina! Cuando le llevaron la harina, Eliseo la echó en la olla y ordenó: —Servidles ahora de comer. Esta vez todos comieron y no les hizo daño.


Eliseo preguntó: —¿Dónde ha caído? Cuando le mostró el lugar donde había caído el hacha, Eliseo cortó un palo y lo arrojó allí, y el hacha salió a flote;


¡Llámame cuando tengas problemas! Yo vendré a liberarte, y tú proclamarás mi grandeza».


Tú, Dios mío, nos pusiste a prueba, nos has purificado como se purifica la plata.


«Te he quitado de los hombros la carga que llevabas; ya no tendrás que soportar un trabajo tan duro.


Cuando me llame, le responderé y estaré con él en su angustia; lo libraré y lo llenaré de honores,


Moisés y Aarón fueron sus sacerdotes; Samuel estuvo a su servicio. Todos ellos acudían a Dios, y él los escuchaba;


Cuando los israelitas vieron a lo lejos que el faraón y su ejército venían persiguiéndolos, tuvieron mucho miedo y gritaron pidiendo ayuda a Dios y diciendo


Entonces Dios dijo a Moisés: —Voy a hacer que del cielo les llueva comida todos los días, pero el pueblo recogerá solo lo necesario para cada día. Así veré si me obedecen o no. El sexto día podrán recoger el doble.


Entonces Moisés pidió ayuda a Dios, y le dijo: —¿Qué voy a hacer con esta gente? ¡Poco les ha faltado para matarme a pedradas!


Pero Moisés les dijo: —¡No tengáis miedo! Dios quiere poneros a prueba de manera que le respetéis y no cometáis ningún pecado.


El oro y la plata se prueban en el fuego; nuestras intenciones las pone a prueba Dios.


Dios me dijo: —Jeremías, aleja de mí a los israelitas y diles que se vayan, porque aunque me lo pidieran Moisés y Samuel, no voy a perdonar a este pueblo.


Solo saben decir mentiras; ¡su lengua hiere más que una flecha! Parecen desear felicidad a su prójimo, pero lo que en verdad quieren es tenderle una trampa.


vi que en las dos orillas había muchos árboles.


Entonces el hombre me dijo: —Estas aguas corren hacia el este y, al llegar al desierto, desembocan en el mar Muerto cuyas aguas quedarán saneadas.


Hay quienes piensan que hablar de la muerte de Cristo en la cruz es una tontería. Pero los que opinan así no se salvarán, pues viven haciendo el mal. Sin embargo, para los que sí van a salvarse, es decir, para nosotros, ese mensaje está apoyado en el poder de Dios.


aunque el milagro realmente suceda, tened cuidado; y si os invita a adorar a otros dioses desconocidos,


No olvidéis tampoco que en pleno desierto os dio de comer pan del cielo, un alimento que vuestros antepasados no conocieron. Tened presente que Dios os envió todas esas pruebas para vuestro bien.


No olvidéis todo lo que os ha ocurrido desde que salisteis de Egipto hasta llegar a este lugar atravesando el desierto. Durante cuarenta años Dios os ha hecho sufrir, para saber si sois sinceros y estáis dispuestos a obedecer sus mandatos.


Usaré a esos pueblos para ver si los israelitas en verdad quieren obedecerme, como lo hicieron sus antepasados.


Eran ya muchos los israelitas que no habían conocido los tiempos de la conquista de Canaán. Por eso Dios dejó algunos pueblos cananeos, para que los israelitas que nunca habían combatido aprendieran a luchar. Dejó a cinco jefes filisteos, a todos los cananeos, a los sidonios y a los jeveos que vivían en el monte Líbano, desde el monte Baal Hermón hasta el Paso de Jamat. Además, dejó a los hititas, amorreos, fereceos y jebuseos. Con esos pueblos Dios también puso a prueba a los israelitas, para ver si obedecían las órdenes que él había dado por medio de Moisés. Pero los israelitas no obedecieron, sino que permitieron


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