Entonces todos los cabezas de familia, los dirigentes de las tribus de Israel y otras altas autoridades del reino dieron de buena voluntad las siguientes aportaciones para la obra del Templo: Ciento sesenta y cinco mil kilos de oro y diez mil monedas de oro. Trescientos treinta mil kilos de plata. Cerca de seiscientos mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro.