Los veinte años que viví en tu casa los pasé en las peores condiciones: ahogándome de calor durante el día, y muriéndome de frío por la noche, ¡y no encontraba el modo de conciliar el sueño! Catorce años trabajé para ti por tus dos hijas, y seis años más para conseguir un rebaño propio. ¡Y más de una vez me rebajaste el sueldo!