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Daniel 6:26 - Biblia Lenguaje Básico

26 Entonces el rey Darío escribió un mensaje para todas las naciones y pueblos de la tierra. El mensaje decía: —Con mis deseos de paz para todos,

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Biblia Reina Valera 1960

26 De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 »Ordeno que en mi reino toda persona tiemble con temor delante del Dios de Daniel. Pues él es el Dios viviente, y permanecerá para siempre. Su reino jamás será destruido, y su dominio nunca tendrá fin.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Este es el decreto que promulgo: En toda la extensión de mi reino, la gente temerá y respetará al Dios de Daniel. El es el Dios vivo, que permanece para siempre: su reino no será destruido y su imperio no tendrá fin.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque Él es el Dios viviente, y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará eternamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Después el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: '¡Que vuestra paz sea grande!

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Daniel 6:26
39 Tagairtí Cros  

Por tanto, todos los que sean de Judá y quieran reconstruir el Templo, tienen mi permiso para ir a Jerusalén. El Dios de Israel vive allí y los ayudará.


Yo, el rey Artajerjes, ordeno a todos los tesoreros de la provincia al oeste del río Éufrates lo siguiente: Si Esdras, sacerdote y maestro conocedor de la ley del Dios todopoderoso, os pide algo, se lo entregaréis sin falta.


Tiemblo de miedo en tu presencia; tus decisiones me infunden respeto.


Ciudad de Jerusalén, ¡que tu Dios reine por siempre, por todos los siglos! ¡Aleluya!


Rendid culto a Dios con reverencia, inclinaos ante él con respeto;


Así como un ciervo sediento busca el agua de un arroyo, así también yo, Dios mío, busco estar cerca de ti.


Yo hice todo lo que existe, y todo me pertenece. Así os lo aseguro yo, que soy Dios. Yo miro con bondad a los pobres y afligidos que respetan mi palabra.


Dios ha advertido a Israel que lo va a castigar. Todos han escuchado la advertencia, incluso los habitantes de Samaría, que dicen llenos de orgullo:


Pero tú, nuestro Dios, eres el Dios verdadero; ¡Tú nos das vida y reinas por siempre! Cuando te enfadas, tiembla la tierra; ¡no hay nación que resista tu furia!


Sin embargo, en esos días el Dios del cielo enviará a un rey que reinará para siempre y al que nadie podrá vencer. Será él quien reinará para siempre destruyendo a los otros reinos.


No hay otro dios que pueda hacer lo que el Dios de estos jóvenes ha hecho. Por lo tanto, ordeno que quien hable mal del Dios de estos jóvenes sea cortado en pedazos y su casa se convierta en un basurero. ¡No me importa a qué nación pertenezca ni qué idioma hable!


Entonces ordené que se presentaran ante mí todos los sabios de Babilonia para que me explicaran el sueño.


Por eso alabo y adoro al Rey del cielo, pues todo lo que hace está bien hecho. Él es un Dios justo, que humilla a los que son orgullosos.


En cuanto amaneció, el rey se levantó y fue deprisa al foso en el que habían echado a Daniel.


Ese hombre recibió honra y poder para reinar sobre todo el mundo. Pude ver que le obedecían por todos los pueblos y naciones. Su poder será siempre el mismo y nunca tendrá fin; su reino jamás será destruido.


Entonces el pueblo del Altísimo recibirá poder y dominio sobre todos los reinos de la tierra, reinará para siempre y todos los poderes del mundo le estarán sometidos y le servirán.


Oídme, israelitas: Si no habéis sido destruidos es porque yo soy el Dios todopoderoso y mi amor no cambia.


No nos dejes caer en tentación y líbranos del maligno».


gobernará a la nación de Israel para siempre, y su reinado no terminará nunca.


Temed más bien a Dios que no solo puede matar el cuerpo, sino que también puede enviaros al infierno. A él sí debéis temerle.


Tampoco necesita la ayuda de nadie. Al contrario, él es quien da vida, aliento y todo lo que la gente necesita.


Y allí donde os dije: «Vosotros no sois mi pueblo», os diré: «Vosotros sois mi pueblo, porque yo soy el Dios de la vida».


Todo el mundo sabe que no es posible escuchar la voz de Dios, como la hemos oído nosotros, y seguir con vida.


Porque todos hablan de lo bien que nos recibisteis, y cuentan cómo dejasteis de adorar ídolos para adorar y servir al Dios vivo y verdadero.


Porque nuestro Dios es como un fuego destructor.


Dios nunca cambia. Fue Dios quien creó la luz y es quien nos da todo lo bueno y todo lo perfecto.


El séptimo ángel tocó la trompeta y en el cielo se oyeron fuertes voces que decían: —Nuestro Dios y su Mesías ya gobiernan sobre todo el mundo y reinarán para siempre.


Cada vez que hacen esto, los veinticuatro ancianos se arrodillan delante de él, lo adoran y, arrojando sus coronas delante del trono, cantan:


Los cuatro seres vivientes respondieron: «¡Amén!», y los veinticuatro ancianos se arrodillaron y adoraron al que está sentado en el trono y al Cordero.


David preguntó a los que estaban junto a él: —¿Qué habéis dicho que dará el rey a quien mate a ese filisteo y devuelva la honra a Israel? Porque ¿es acaso alguien ese filisteo para desafiar a los ejércitos de Dios?


Y si el león o el oso se me echaban encima, yo los golpeaba y les daba muerte. Y eso mismo voy a hacer con ese filisteo que ha desafiado a los ejércitos del Dios vivo.


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