Apocalipsis 22:9 - Biblia Lenguaje Básico

⁹ Pero él me dijo: —¡No lo hagas! Solo a Dios debes adorar, pues yo soy un simple compañero de servicio, tanto tuyo como de tus hermanos los profetas y de los que hacen caso a las palabras que contiene este libro.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

⁹ Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁹ Pero él dijo: «No, no me adores a mí. Yo soy un siervo de Dios tal como tú y tus hermanos los profetas, al igual que todos los que obedecen lo que está escrito en este libro. ¡Adora únicamente a Dios!».

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁹ pero él me dijo: 'No lo hagas, yo soy un servidor como tú y tus hermanos los profetas y como todos los que escuchan las palabras de este libro. A Dios tienes que adorar.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁹ Pero me dice: ¡Mira, no! Soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este rollo. ¡Adora a Dios!

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁹ Pero me dijo: 'No hagas eso; soy consiervo tuyo, de tus hermanos, los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro; a Dios has de adorar'.

Apocalipsis 22:9 Tagairtí Cros

Salmos 45:11

Escucha, princesa; presta atención: Ya no pienses en tu ciudad, y olvídate de tus padres.

Éxodo 34:14

No adoréis a ningún otro dios, porque soy un Dios muy celoso.

Mateo 4:9

El diablo le dijo: —Todos estos países serán tuyos, si te arrodillas delante de mí y me adoras.

Lucas 4:7

Yo te haré dueño de todos ellos, si te arrodillas delante de mí y me adoras.

Deuteronomio 4:19

No os dejéis seducir ni adoréis al sol ni a la luna, ni a las estrellas ni a los astros, porque Dios los ha creado para que todas las naciones los tengan como dioses.

1 Juan 5:20

Y también sabemos que el Hijo de Dios ha venido y que nos ha dado inteligencia para conocer al Dios verdadero. Nosotros vivimos unidos a su Hijo Jesucristo que es el Dios verdadero y la vida eterna.

Apocalipsis 1:1

Dios ha mostrado a Jesucristo lo que pronto sucederá, para que él se lo enseñe a sus servidores. Y Jesucristo se lo ha comunicado a Juan, su servidor, enviándole un ángel.

Apocalipsis 1:11

Esa voz me dijo: —Escribe en un libro lo que ves y envíalo a las siete iglesias de la provincia de Asia, es decir, a las iglesias de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.

Apocalipsis 14:7

Decía con fuerte voz: —Honrad a Dios y alabadle; ha llegado el momento en que él va a juzgar al mundo. Adorad al creador del cielo y de la tierra, del mar y de los manantiales.

Apocalipsis 15:4

Todos te honran y te alaban, Señor, pues solo tú eres santo. Todos los países del mundo vendrán a adorarte, porque tus planes de salvación se han dado a conocer.

Apocalipsis 19:10

Entonces me arrodillé a los pies del ángel para adorarle, pero él me dijo: —¡No lo hagas! Solo a Dios debes adorar, pues yo también le sirvo, igual que tú y que todos tus hermanos, los que siguen dando testimonio de Jesús. Porque dar testimonio de Jesús es lo mismo que anunciar su mensaje.

Apocalipsis 22:10

Además me dijo: —No guardes en secreto las palabras proféticas de este libro, porque pronto se cumplirán.

Apocalipsis 22:18

A todos los que escuchen el mensaje de esta profecía, les advierto esto: si alguien añade algo a este libro, Dios lo castigará con todas las calamidades que están descritas en el libro.

Apocalipsis 22:7

—¡Poned atención, pues estoy a punto de llegar! Felices los que hagan caso del mensaje de Dios que contiene este libro.

Apocalipsis 4:10

Cada vez que hacen esto, los veinticuatro ancianos se arrodillan delante de él, lo adoran y, arrojando sus coronas delante del trono, cantan:

Apocalipsis 9:20

El resto de la gente, es decir, los que no murieron a causa del fuego, el humo y el azufre, no dejaron de hacer el mal, ni dejaron de adorar a los demonios y a las imágenes de dioses falsos. Al contrario, siguieron adorando esas imágenes de piedra, de madera y de oro, plata y bronce, imágenes que no pueden ver, ni oír, ni caminar.