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Amós 8:11 - Biblia Lenguaje Básico

11 Yo soy el Dios de Israel, y os aseguro que vienen días en que haré que sintáis hambre; tendréis hambre, pero no de pan; tendréis sed, pero no de agua, sino de oír mi palabra.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

11 He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 »Ciertamente se acerca la hora —dice el Señor Soberano— cuando enviaré hambre a la tierra; no será hambre de pan ni sed de agua, sino hambre de oír las palabras del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Llegará el día, dice Yavé, en que mandaré al país el hambre, mas no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 He aquí vienen días, dice Adonay YHVH,° En los cuales enviaré hambre sobre la tierra, No hambre de pan, ni sed de agua, Sino de oír las palabras de YHVH.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Mirad que vienen días -oráculo del Señor Yahveh- en que enviaré el hambre al país: no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Yahveh.

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Amós 8:11
12 Tagairtí Cros  

Ya no vemos ondear nuestras banderas; ya no hay profetas entre nosotros, ni hay tampoco quien sepa cuánto durará todo esto.


Cuando faltan los profetas, el pueblo no sabe qué hacer; Dios, en cambio, bendice a los que obedecen su ley.


se llenará de cardos y malas hierbas y haré que no llueva ni una gota sobre ella.


¡Vendrá desgracia tras desgracia! ¡Solo habrá malas noticias! No habrá profetas que os hablen de mi parte, ni sacerdotes que puedan enseñaros, ni gente capaz de dirigiros.


Llamad a vuestros hermanos «Pueblo mío» y a vuestras hermanas llamadlas «Amadas mías».


Por eso no os voy a informar de lo que pienso hacer. Nunca más os daré mensajes y ya no podréis anunciar el futuro.


Jesús vio la gran cantidad de gente que lo seguía y sintió gran compasión por ellos, pues estaban cansados y desalentados. Eran como ovejas que no tienen un pastor que las cuide.


Samuel le preguntó: —Saúl, ¿por qué me llamas y no me dejas descansar? —Estoy desesperado —contestó Saúl—. Los filisteos me hacen la guerra, y Dios me ha abandonado. Ya no me responde, ni en sueños ni por medio de profetas. Por eso te he llamado, para que me digas qué debo hacer.


En aquellos tiempos, Dios se comunicaba muy pocas veces con el pueblo y nadie recibía mensajes ni visiones. El niño Samuel servía a Dios bajo la dirección de Elí, que ya casi estaba ciego. Una noche, poco antes de que se apagara la lámpara del santuario, Dios llamó a Samuel por su nombre. Elí estaba ya acostado en su habitación y Samuel dormía en el santuario, donde está el Arca del pacto de Dios. —¡Samuel, Samuel!


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