Entonces David dijo a Itay de Gat: —¿Y tú, por qué vienes con nosotros? Regresa con tu familia y quédate a vivir con el nuevo rey. Eres un extranjero, hace muy poco que estás entre nosotros, y no puedo permitir que andes como yo, huyendo de un lado a otro. Anda, regresa junto con tus hermanos, ¡y que Dios te ayude y te acompañe!