2 Reyes 9:3 - Biblia Lenguaje Básico3 Toma la vasija de aceite, derrámala sobre su cabeza y dile: «Dios te ha elegido para ser rey de Israel». Después abre la puerta y escapa. No te detengas. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19603 Toma luego la redoma de aceite, y derrámala sobre su cabeza y di: Así dijo Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel. Y abriendo la puerta, echa a huir, y no esperes. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente3 y derrama el aceite sobre su cabeza. Dile: “Esto dice el Señor: ‘Yo te unjo para que seas rey de Israel’”. Luego abre la puerta ¡y corre por tu vida!». Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)3 y luego toma la alcuza de aceite y derrámala sobre su cabeza, diciéndole: Esto dice Yavé: ¡Te he consagrado como rey de Israel! Después abre la puerta y sal huyendo sin tardanza'. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion3 Toma después la vasija de aceite, derrámalo sobre su cabeza y di: Así dice YHVH: ¡Yo te he ungido por rey sobre Israel! Luego abre la puerta y huye; no esperes. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19753 Toma la alcuza de aceite y derrámala sobre su cabeza, diciéndole: 'Así habla Yahveh: yo te unjo por rey de Israel'. Abre luego la puerta y escapa sin detenerte'. Féach an chaibidil |
Pero Dios había decidido que esta visita a Jorán se convirtiera en la desgracia de Ocozías. Dios había elegido a Jehú, hijo de Nimsí, para que acabara con toda la familia de Ajab. Y así sucedió: Jehú encontró a los principales jefes de Judá y a los sobrinos de Ocozías, que este tenía a su servicio, y los mató. Entonces Ocozías, que había salido con Jorán para encontrarse con Jehú,
El año segundo de su reinado, Nabucodonosor tuvo unos sueños muy extraños y se quedó tan inquieto que ya no podía ni dormir. Entonces mandó llamar a todos los sabios y adivinos que había en su reino para que le explicaran el significado de sus sueños. Los sabios y adivinos se presentaron ante el rey,
Samuel dijo a Saúl: —Dios me envió para que te nombrara rey de su pueblo Israel. Escucha ahora lo que Dios todopoderoso quiere decirte: «Cuando los israelitas salieron de Egipto, los amalecitas se portaron muy mal con ellos. Ha llegado el momento de castigarlos. Atácalos, pues, y destruye todo lo que tienen. Extermina a hombres y mujeres, a jóvenes y a niños; mata también a sus toros, ovejas, camellos y burros. No dejes con vida a nadie».