2 Reyes 23:11 - Biblia Lenguaje Básico11 Y quemó las representaciones de los caballos y los carros de guerra que los reyes de Judá habían dedicado al dios sol y que estaban a la entrada del Templo de Dios junto a la residencia de Natán Mélec, el encargado de las salas del Templo. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196011 Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del templo de Jehová, junto a la cámara de Natán-melec eunuco, el cual tenía a su cargo los ejidos; y quemó al fuego los carros del sol. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente11 También quitó de la entrada del templo del Señor las estatuas de caballos que los reyes anteriores de Judá habían dedicado al sol, las cuales estaban cerca de las habitaciones del eunuco Natán-melec, un funcionario de la corte. El rey también quemó los carros de guerra dedicados al sol. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)11 Eliminó los caballos que los reyes de Judá habían consagrado al sol, y que estaban a la entrada de la casa de Yavé, cerca de la habitación del eunuco Netán-Melec, (la que estaba dentro de las dependencias) y echó al fuego el carro del sol. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion11 Hizo quitar también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol, en la entrada de la Casa de YHVH, junto a la cámara de Natán-melec, el eunuco que estaba en las dependencias,° y quemó en el fuego los carros del sol. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197511 Hizo desaparecer los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al Sol, a la entrada del templo de Yahveh, junto al aposento del eunuco Natanmélec que había en los anejos, y quemó luego los carros del Sol. Féach an chaibidil |
Aprovechando este tiempo de paz, Asá dijo al pueblo: —Dios nos ha permitido estar en paz con nuestros enemigos, pues hemos vuelto a obedecer sus mandamientos. ¡Ahora es el momento de reforzar la seguridad de nuestras ciudades! Vamos a construir murallas alrededor de ellas, y torres y puertas bien aseguradas. El pueblo estuvo de acuerdo, y logró fortificar las ciudades con gran éxito.
Más tarde aquel hombre me llevó al patio exterior, que estaba entre la muralla y la entrada al patio del Templo. Tanto al norte como al este, el patio medía cincuenta metros. Alrededor del patio había treinta habitaciones con un pavimento de piedra delante de la entrada. Este pavimento se extendía también alrededor del patio, un poco más abajo de las puertas.