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2 Reyes 16:7 - Biblia Lenguaje Básico

7-8 Entonces Ajaz tomó el oro y la plata que había en el Templo de Dios y en el tesoro del palacio real, y se lo envió como regalo a Tiglatpiléser, rey de Asiria, junto con este mensaje: «Yo soy tu humilde servidor y tú eres para mí como un padre. Ven y líbrame de los reyes de Siria y de Israel, pues me están atacando».

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

7 Entonces Acaz envió embajadores a Tiglat-pileser rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu siervo y tu hijo; sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 El rey Acaz envió mensajeros a Tiglat-pileser, rey de Asiria, con este mensaje: «Yo soy tu siervo y tu vasallo. Sube a rescatarme de los ejércitos de Aram e Israel, que me atacan».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Ajaz mandó mensajeros a Teglat-Falazar, rey de Asur: 'Soy tu sirviente y tu hijo, le decía, ven a salvarme del rey de Aram y del rey de Israel que vinieron a atacarme'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Entonces Acaz envió mensajeros a Tiglat- Pilneser rey de Asiria, diciendo: Soy tu siervo y tu hijo. Sube y sálvame de la mano del rey de Siria y de la mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Ajaz envió mensajeros a Teglatfalasar, rey de Asiria, para decirle: 'Soy tu siervo y tu hijo: sube y sálvame de las manos del rey de Aram y de las manos del rey de Israel, que se han levantado contra mí'.

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2 Reyes 16:7
17 Tagairtí Cros  

El rey de Israel contestó: —Hágase como tú dices, majestad; yo mismo y todo lo que tengo es tuyo.


En tiempos de Pecaj, rey de Israel, vino Tiglatpiléser, rey de Asiria, y conquistó las ciudades de Iyón, Abel Bet Maacá, Janóaj, Cadés y Jasor; se apoderó también de Galaad, Galilea y toda la región de Neftalí. A los habitantes de esos lugares se los llevó prisioneros a Asiria.


Por eso Dios siempre lo ayudaba y hacía que le fuera bien en todo. Ezequías se rebeló contra el rey de Asiria y se negó a estar bajo su dominio.


Por eso el Dios de Israel envió a Tiglatpiléser, rey de Asiria, para que se llevara prisioneros a los de la tribu de Rubén y Gad, y a la media tribu de Manasés. Los deportó a Jelaj, Jabor, Jará y hasta las riberas del río Gozán, donde siguen viviendo en el momento presente.


Ajaz fue infiel a Dios, y dejó que la maldad creciera en Judá. Por eso Dios volvió a castigar a los de Judá, y permitió que otra vez los edomitas los derrotaran y se llevaran a muchos prisioneros. También dejó que los filisteos los atacaran y que se apoderaran de las ciudades que estaban en la llanura y en el desierto del sur; entre ellas estaban las ciudades de Bet Semes, Ayalón y Guederón, y también las ciudades de Socó, Timná y Guimzó, junto con los pueblos que las rodeaban. Entonces Ajaz pidió ayuda a Tiglatpiléser, que era el rey de Asiria. Incluso le envió como regalo todos los objetos de valor que encontró en el Templo de Dios, en su palacio y en las casas de los principales jefes del pueblo. Sin embargo, el rey de Asiria, lejos de apoyarlo, también lo atacó y puso cerco a la ciudad.


¡Has abandonado a tu pueblo Israel! El país está lleno de adivinos que han venido de Asiria y Babilonia. Israel practica la brujería, igual que sus vecinos, los filisteos. Israel hace negocios con gente extranjera.


Cuando Dios os ponga por jefes a los que antes considerabais amigos, os lamentaréis y sentiréis los mismos dolores que una mujer cuando está de parto.


Así dice Dios: ¡Maldito quien confía en los humanos y busca apoyo en simples criaturas! ¡Maldito quien se aleja de mí!


Una esperanza teníamos: que un pueblo viniera a salvarnos; pero nuestros ojos están cansados esperando en vano una ayuda.


Buscaste también una y otra vez la amistad de los asirios, y tus habitantes adoraron a sus dioses; pero no quedaron satisfechos y siguieron buscando amigos con quienes adorar a otros dioses.


Los de Israel se comportan como una paloma incauta y sin inteligencia; piden ayuda a Egipto y Asiria,


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