2 Reyes 11:18 - Biblia Lenguaje Básico18 Después todos fueron al templo de Baal y lo derribaron. Destruyeron también los altares y las imágenes de los ídolos. En cuanto al sacerdote de Baal, que se llamaba Matán, le cortaron la cabeza delante de los altares. Joyadá dejó un gurpo de guardia vigilando el Templo de Dios. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196018 Y todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo derribaron; asimismo despedazaron enteramente sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán sacerdote de Baal delante de los altares. Y el sacerdote puso guarnición sobre la casa de Jehová. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente18 Así que toda la gente fue al templo de Baal y entre todos lo destruyeron; demolieron los altares, hicieron pedazos los ídolos y mataron a Matán, el sacerdote de Baal, frente a los altares. El sacerdote Joiada puso guardias en el templo del Señor. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)18 Todo el pueblo fue a la casa de Baal y la demolieron, rompieron los altares y las estelas; y a Matán, el sacerdote de Baal, lo mataron delante de los altares. El sacerdote puso guardias a la casa de Yavé, Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion18 Y todo el pueblo de la tierra fue al templo de Baal, y lo destruyeron; destrozaron completamente° sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán, sacerdote de Baal, ante los altares. Y el sacerdote estableció la vigilancia° para la Casa de YHVH. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197518 Luego entró todo el pueblo en el templo de Baal y lo demolieron, hicieron añicos sus altares y sus imágenes y mataron ante el altar a Matán, sacerdote de Baal. El sacerdote Joadá montó una guardia en el templo de Yahveh. Féach an chaibidil |
Deberéis destruir todos los lugares donde adoran a sus dioses los pueblos que conquistéis. Esos lugares se encuentran en las montañas, en las colinas y bajo cualquier árbol frondoso. Haced pedazos sus altares, derribad las esculturas de sus dioses y quemad sus árboles sagrados. ¡Que no quede de ellos ni el recuerdo!