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2 Crónicas 7:6 - Biblia Lenguaje Básico

6 Todo el pueblo estaba de pie. Los sacerdotes estaban en sus lugares y tocaban las trompetas; los levitas tocaban los instrumentos musicales que David había fabricado para alabar a Dios cantando el canto que dice: «Dios nunca deja de amarnos».

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Biblia Reina Valera 1960

6 Y los sacerdotes desempeñaban su ministerio; también los levitas, con los instrumentos de música de Jehová, los cuales había hecho el rey David para alabar a Jehová porque su misericordia es para siempre, cuando David alababa por medio de ellos. Asimismo los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos, y todo Israel estaba en pie.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Los sacerdotes ocuparon sus puestos asignados al igual que los levitas, quienes cantaban: «¡Su fiel amor perdura para siempre!». Acompañaban el canto con la música de los instrumentos que el rey David había hecho para alabar al Señor. Enfrente de los levitas, los sacerdotes hacían sonar las trompetas mientras todo Israel estaba de pie.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Los sacerdotes estaban de pie en sus puestos, lo mismo que los levitas, con los instrumentos que el rey David hizo para celebrar a Yavé, 'porque es eterno su amor'. Por medio de sus manos, Salomón celebraba a Yavé en tanto que los sacerdotes estaban delante de ellos tocando las trompetas, y todo Israel se mantenía de pie.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Los sacerdotes estaban de pie en sus puestos, y los levitas tenían los instrumentos musicales de YHVH, que el rey David había hecho para dar gracias a YHVH, porque su misericordia es para siempre, cuando David alababa por medio de ellos. Los sacerdotes los acompañaban tocando las trompetas, y todo Israel permanecía de pie.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Los sacerdotes atendían de pie a su ministerio, mientras los levitas, al son de los instrumentos músicos de Yahveh que había hecho el rey David para alabar a Yahveh -porque es eterna su misericordia-, entonaban las alabanzas compuestas por David. Los sacerdotes, frente a ellos, tocaban las trompetas. Y todo Israel estaba de pie.

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2 Crónicas 7:6
26 Tagairtí Cros  

David y todos los israelitas iban danzando llenos de entusiasmo y cantando muy alegres delante de Dios, al son de la música de cítaras, arpas, panderos, platillos y trompetas.


Dad gracias a Dios porque él es bueno, porque nunca deja de amarnos.


Joyadá puso soldados bajo las órdenes de los sacerdotes y los levitas para que vigilaran el Templo de Dios. Tiempo atrás, David había organizado a los sacerdotes y a los levitas para que, siguiendo las instrucciones de Moisés, presentaran ofrendas en honor de Dios entre cantos de alegría.


Tiempo atrás, Dios había indicado a David y a los profetas Gad y Natán que los levitas debían acompañar el culto con instrumentos musicales. Cuando los levitas con los instrumentos musicales indicados por David, y los propios sacerdotes provistos de trompeta, se colocaron en sus puestos, Ezequías dio la orden de ofrecer el sacrificio sobre el altar. En el momento de comenzar el sacrificio, empezaron también los cánticos en honor de Dios y el resonar de las trompetas y otros instrumentos indicados por David, rey de Israel. Mientras terminaban de ofrecer el sacrificio, el pueblo adoraba a Dios de rodillas, proseguían los cánticos y resonaban las trompetas.


Cuando todos los israelitas vieron descender el fuego y la presencia de Dios sobre el Templo, se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente, adoraron a Dios y le dieron gracias, proclamando: «Dios es bueno y nunca deja de amarnos».


Después organizaron por turnos a los sacerdotes y a los levitas según las instrucciones que Moisés había dado sobre el culto que Dios debía recibir en Jerusalén.


¡Alabad a Dios! ¡Dad gracias porque él es bueno, porque nunca deja de amarnos!


Dad gracias a Dios porque él es bueno, porque nunca deja de amarnos.


Dios mío, tú cumplirás en mí todo lo que has pensado hacer. Tu amor por mí no cambia; así pues, no me abandones ya que fuiste tú quien me creaste.


Y entre cantos y danzas, esas naciones dirán: «En ti, Jerusalén, tenemos nuestro origen».


Pero vendrá un día en que mi pueblo volverá a reconocerme como su Dios, un día en que se dará cuenta de que soy yo quien dice: "¡Aquí estoy!"».


No hacéis más que tocar el arpa, y hasta inventáis instrumentos musicales siguiendo el ejemplo de David.


Delante del Arca del pacto irán siete sacerdotes, cada uno de ellos con una trompeta. El séptimo día daréis siete vueltas alrededor de la ciudad, mientras los sacerdotes tocan sus trompetas.


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