Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





1 Timoteo 1:15 - Biblia Lenguaje Básico

15-16 Esta es una enseñanza que todos deben aceptar: que Jesucristo vino a este mundo para salvar a los pecadores del castigo que merecen, ¡y yo soy el mayor pecador de todos! Pero Dios fue misericordioso conmigo, demostrando así la gran generosidad que Jesucristo tuvo conmigo antes que ningún otro. Lo hizo para que otros sigan mi ejemplo y crean en Cristo para tener vida eterna.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

15 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

15 La siguiente declaración es digna de confianza, y todos deberían aceptarla: «Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores», de los cuales yo soy el peor de todos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Esto es muy cierto, y todos lo pueden creer, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales soy yo el primero.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

15 Fiel es la palabra, y digna de ser aceptada por todos: Jesús el Mesías vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 He aquí una afirmación digna de crédito y de plena aceptación: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales soy yo el primero.

Féach an chaibidil Cóip




1 Timoteo 1:15
41 Tagairtí Cros  

Así que retiro lo dicho y me arrepiento cubierto de polvo y de ceniza.


Cuando nazca el niño, lo llamarás Jesús. Él va a salvar a su pueblo del castigo que merece por sus pecados.


Recordad: No despreciéis a ninguno de estos pequeños, porque los ángeles que los cuidan están en el cielo contemplando constantemente el rostro de mi Padre celestial.


[Porque yo, el Hijo del hombre, vine a salvar a los que se habían perdido].


Yo mismo, el Hijo del hombre, soy así. No he venido a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. He venido para liberar a la gente que es esclava del pecado, y para lograrlo daré mi vida.


Id y averiguad lo que Dios quiso decir con estas palabras: «Prefiero que seáis compasivos con la gente a que me traigáis ofrendas». Yo no he venido a llamar a los que ya son buenos, sino a los que son pecadores.


Jesús los oyó y les contestó: —Los que necesitan al médico son los enfermos, no los sanos. Y yo no he venido a llamar a los que ya son buenos, sino a los que son pecadores.


Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley comenzaron a criticar a Jesús, diciendo: —Este hombre es amigo de los pecadores, y hasta come con ellos.


Yo, el Hijo del hombre, he venido para buscar y salvar a los que viven alejados de Dios.


Yo no he venido a llamar a los que ya son buenos, sino a los pecadores para que se conviertan a Dios.


Pero aquellos que lo recibieron y creyeron en él, llegaron a ser hijos de Dios.


Al día siguiente, al ver que Jesús se acercaba, Juan dijo a los que estaban allí: —¡Aquí viene el Cordero de Dios. Por medio de él, Dios os perdonará todos los pecados.


No voy a ser yo quien condene a los que oyen mis enseñanzas y no las ponen en práctica. No he venido para condenar a la gente de este mundo, sino para salvarla.


El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que no cree no la tiene, sino que ha sido condenado por Dios.


Los apóstoles y los hermanos creyentes que vivían en Judea, se enteraron de que también los que no eran judíos habían recibido el mensaje de Dios.


Cuando los hermanos judíos oyeron esto, callaron y se pusieron a alabar a Dios diciendo: —¡Así que también a los que no son judíos Dios les ha permitido arrepentirse para tener vida eterna!


Ahora que Dios ha resucitado a su hijo Jesús, lo primero que ha hecho es enviarlo para bendeciros y para que dejéis de hacer el mal.


Espero que con esto algunos de mi país se pongan celosos de vosotros, y así Dios pueda salvarlos también a ellos.


Cuando nosotros éramos pecadores y no teníamos fuerzas para alcanzar la salvación, Cristo murió por nosotros. Murió en el momento elegido por Dios.


el menos importante de los apóstoles y ni siquiera merezco que la gente me llame apóstol, pues hice mucho daño a la Iglesia de Dios.


Antes yo hablaba mal de Jesucristo y lo perseguía con violencia. Aun así, Dios fue misericordioso conmigo, pues yo todavía no creía en Cristo ni sabía lo que estaba haciendo.


Mantente firme en la fe y conserva una conciencia limpia; algunos, por no comportarse así, han perdido la fe.


Si alguien desea dirigir una iglesia, realmente desea una noble tarea.


Delante de Dios, que creó todo lo que existe, y delante de Jesucristo, que ante Pilato dio un hermoso testimonio, te pido solemnemente


Esto que digo es muy cierto: Si morimos con Cristo, también viviremos con él.


Esto es verdad y quiero que insistas en enseñarlo, para que los que creen en Dios se dediquen con entusiasmo a practicar el bien. Estas cosas son buenas y ayudan a todos.


Jesús puede salvar para siempre a los que, por medio de él, se acercan a Dios. Pues vive eternamente y siempre está pidiendo a Dios por ellos.


Sabéis que Jesucristo vino al mundo para quitar los pecados del mundo y que en él no hay ni puede haber pecado.


Pero el que siempre hace lo malo es amigo del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el día en que Dios creó el mundo. Por esta razón vino el Hijo de Dios al mundo: para destruir todo lo que hace el diablo.


Y lo que ha dicho es que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo.


Y dijo el que estaba sentado en el trono: —¡Yo hago todo nuevo! Y también dijo: —Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de ser creídas.


El ángel me dijo: —Estas palabras que te digo son verdaderas y merecen ser creídas. El Señor, el mismo Dios que da su Espíritu a los profetas, ha enviado a su ángel para mostrar a sus servidores lo que pronto sucederá. Y esto es lo que dice Jesús:


Y todos ellos cantaban un cántico nuevo que decía: —Solo tú mereces tomar el libro y romper sus sellos. Porque fuiste sacrificado, y con tu sangre rescataste para Dios a gente de toda raza, idioma, pueblo y nación.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí