Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





1 Samuel 24:22 - Biblia Lenguaje Básico

22 Por eso, júrame por Dios que no acabarás con mis hijos ni con mis nietos, ni harás que mis descendientes se olviden de mí.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

22 Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Entonces David le prometió esto a Saúl con un juramento. Después Saúl volvió a su casa, pero David y sus hombres regresaron a su fortaleza.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Júrame pues por Yavé que no suprimirás mi descendencia después de mi muerte ni que harás desaparecer mi nombre de la familia de mi padre'.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

22 Y David se lo juró a Saúl. Y Saúl se fue a su casa, y David y sus hombres subieron a los riscos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Pero júrame ahora por Yahveh que no destruirás mi descendencia después de mí y que no borrarás mi nombre de la casa de mi padre'.

Féach an chaibidil Cóip




1 Samuel 24:22
9 Tagairtí Cros  

Por esos días, Abimélec fue a visitar a Abrahán. Lo acompañó Picol, que era el capitán de su ejército. Al llegar, Abimélec dijo a Abrahán: —He visto que Dios te ayuda en todo lo que haces.


Júrame ahora mismo, delante de él, que nunca me harás ningún daño, ni tampoco a mis hijos ni a mis descendientes. Júrame también que siempre me tratarás bien, tal como yo te he tratado, y que harás lo mismo con la gente de este país, donde has venido a vivir.


Pues bien, entréganos ahora a siete de sus familiares a los que daremos muerte en presencia de Dios, en Guibeá de Saúl, el elegido de Dios. El rey David se comprometió a entregarles a siete familiares de Saúl.


Pero debido al juramento de fidelidad que se habían hecho mutuamente, David perdonó la vida a Mefibóset, hijo de Jonatán.


Pero Jesús no confiaba en ellos ni necesitaba que le dijeran nada de nadie, porque los conocía a todos y sabía lo que pensaba cada uno.


—David, hijo mío, ¡bendito seas! ¡Que te vaya bien en todo lo que hagas! Luego David siguió su camino, y Saúl regresó a su casa.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí