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1 Samuel 16:14 - Biblia Lenguaje Básico

14 A Saúl, en cambio, lo abandonó el espíritu de Dios, y el propio Dios permitió que un mal espíritu lo atormentara.

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Biblia Reina Valera 1960

14 El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Ahora bien, el Espíritu del Señor se había apartado de Saúl, y el Señor envió un espíritu atormentador.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 El espíritu de Yavé se retiró de Saúl y un mal espíritu que provenía de Yavé le producía terror.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y el Espíritu de YHVH se apartó de Saúl, y un espíritu malo de parte de YHVH lo aterrorizaba.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 El espíritu de Yahveh se había apartado de Saúl y un espíritu malo enviado por Yahveh lo atormentaba.

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1 Samuel 16:14
17 Tagairtí Cros  

pero nunca lo abandonaré como abandoné a Saúl.


Miqueas continuó: —Escucha esto que te digo de parte de Dios: Yo he visto a Dios sentado sobre su trono. Todos los ángeles del cielo estaban de pie junto a él, unos a su derecha y otros a la izquierda.


Dios le preguntó cómo lo haría y el espíritu le respondió: «Haré que todos los profetas del rey solo digan mentiras». Entonces Dios le dijo: «Vete porque he decidido que logres convencer a Ajab».


No te fijes en mi maldad ni tomes en cuenta mis pecados.


Y si llegaran a tenerlos, yo se los quitaré antes de que lleguen a ser hombres. ¡Pobres de ellos cuando yo los abandone!


Dalila le gritó: —¡Sansón! ¡Los filisteos te atacan! Sansón despertó pensando que iba a librarse como antes, pero no sabía que Dios ya lo había abandonado.


Dicho esto, Sansón apoyó sus dos manos sobre las columnas centrales que sostenían el templo


Pasados los tres años Dios hizo que la gente de Siquén traicionara a Abimélec.


Un día dijeron sus sirvientes a Saúl: —Ya ves que Dios ha permitido que un mal espíritu te atormente.


Manda a buscar a alguien que sepa tocar el arpa. Así, cuando venga ese mal espíritu, el músico tocará y tú te sentirás mejor.


Siempre que el mal espíritu atacaba a Saúl, David tocaba el arpa; entonces el mal espíritu se alejaba y Saúl se sentía aliviado.


Al día siguiente, mientras David tocaba el arpa, Dios envió un espíritu malo para que atormentara a Saúl. Entonces Saúl se puso como loco dentro del palacio y, como tenía una lanza en la mano,


Saúl tenía miedo de David, pues se daba cuenta de que Dios lo protegía, mientras que a él lo había abandonado. Así que Saúl alejó a David enviándolo al campo de batalla y poniéndolo al frente de mil soldados con los que organizaba diversas expediciones en las que siempre tenía éxito porque Dios lo ayudaba.


Samuel le preguntó: —Saúl, ¿por qué me llamas y no me dejas descansar? —Estoy desesperado —contestó Saúl—. Los filisteos me hacen la guerra, y Dios me ha abandonado. Ya no me responde, ni en sueños ni por medio de profetas. Por eso te he llamado, para que me digas qué debo hacer.


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