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1 Samuel 12:18 - Biblia Lenguaje Básico

18 Entonces Samuel pidió a Dios que enviara una tormenta con truenos y lluvia. Dios lo hizo así y los israelitas, al verlo, sintieron un gran respeto tanto por Dios como por Samuel.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y Samuel clamó a Jehová, y Jehová dio truenos y lluvias en aquel día; y todo el pueblo tuvo gran temor de Jehová y de Samuel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Entonces Samuel clamó al Señor, y ese mismo día el Señor envió truenos y lluvia. Y todo el pueblo quedó aterrado del Señor y de Samuel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Samuel invocó a Yavé y Yavé mandó ese mismo día truenos y lluvia. Todo el pueblo se llenó de temor ante Yavé y ante Samuel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Entonces Samuel invocó a YHVH, y en aquel mismo día YHVH envió truenos y un aguacero; y todo el pueblo sintió un gran temor de YHVH y de Samuel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Samuel invocó a Yahveh, y Yahveh envió aquel día truenos y lluvia; por lo que todo el pueblo sintió gran temor delante de Yahveh y de Samuel.

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1 Samuel 12:18
10 Tagairtí Cros  

Y Ajab se fue a comer y beber. Entonces Elías subió a lo alto del monte Carmelo; allí se arrodilló en el suelo y apoyó la cara entre las rodillas.


Así que a los tres días estaban reunidos en Jerusalén todos los hombres de las tribus de Judá y de Benjamín. Era el día veinte del mes de Quislev cuando se encontraban todos sentados en la plaza del Templo de Dios. Todos temblaban preocupados por el asunto de que se trataba y por la fuerte lluvia que caía sobre ellos.


Todo ello es Dios quien lo envía: para unos como bendición, para otros como castigo.


Moisés y Aarón fueron sus sacerdotes; Samuel estuvo a su servicio. Todos ellos acudían a Dios, y él los escuchaba;


Al ver que Dios había derrotado a los egipcios con su gran poder, los israelitas pusieron su confianza en Dios y en su siervo Moisés.


El día en que Dios les dio la victoria sobre los amorreos, Josué se dirigió a Dios y dijo delante de todos los israelitas: «Sol, no te muevas; detente sobre Gabaón. Y tú, luna, detente sobre el valle de Ayalón».


A la vista de lo que Dios hizo ese día, todos los israelitas reconocieron a Josué como un gran líder y lo respetaron durante toda su vida, como antes habían respetado a Moisés.


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